19 niños perdieron a sus dos padres en la tragedia del Jet Set

Son 135 los niños quedaron en orfandad

El drama de la tragedia en la discoteca Jet Set va más allá del derrumbe en el que murieron hasta el momento 232 personas. Se expande hacia hogares que han quedado maltrechos por la pérdida de uno o más miembros de la familia.

Lo documentan los 135 niños que quedaron en estado de orfandad, 19 de los cuales perdieron a sus dos padres, lo que no ha conmovido a las autoridades judiciales que siguen sin mover sus resortes para sancionar a los responsables de esa calamidad sin precedentes ocurrida en la República Dominicana.

El mismo gobierno a través del programa Supérate ha hecho la evaluación, indicando que esta situación altera drásticamente el entorno socioeconómico de los niños, niñas y adolescentes, quienes se convierten en el foco prioritario de la asistencia social del Gobierno.

Dada la magnitud del impacto social, el protocolo de intervención sociofamiliar ha determinado que estos menores requieren atención integral urgente, incluyendo apoyo económico, psicológico, cuidados personales, guarda oficial, representación y asesoría legal.

Como parte de esta intervención, Supérate activó el Bono de Emergencia, una transferencia económica temporal dirigida a las familias afectadas por situaciones de vulnerabilidad provocadas por emergencias o desastres. En este caso, el subsidio busca aliviar las condiciones de los hogares donde viven estos menores huérfanos, así como otros núcleos familiares impactados.

De las 28 familias que ya fueron visitadas por la comisión interinstitucional multidisciplinaria, 25 han solicitado apoyo económico a través de este bono, dijo Supérate. Además, 27 pidieron apoyo psicológico y emocional.

De acuerdo al documento, la selección de beneficiarios se realiza con base en criterios técnicos establecidos por el Comité de Emergencias de Supérate (CES), que define el monto, frecuencia y duración del subsidio según la gravedad de cada caso.

También, Supérate indicó que la información proporcionada por la Tesorería de la Seguridad Social (TSS) indica que 22 de las víctimas mortales cotizaban formalmente al sistema, con un ingreso mensual promedio de 22,176 pesos.

Además, 19 de los fallecidos pertenecían a los niveles 2 y 3 del Índice de Calidad de Vida (ICV), lo que subraya la vulnerabilidad económica de sus familias.

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