El Presidente Abinader en Reelección

Por Guillermo Tejeda
Director Resumen Final Digital
Los intensos recorridos por el país, entregando algunas obras y prometiendo otras, que está realizando con una frecuencia cada vez mayor el presidente Luis Abinader, los fines de semana, tienen una sola lectura.
El Presidente está en campaña abierta en busca de su repostulación, aun cuando la Junta Central Electoral no ha dado la clarinada para que inicie la campaña.
Vemos un mandatario que se toma hasta tres días corridos del fin de semana, para peinar provincias, bajar a los barrios y reunirse con sectores de arriba y de abajo que pueden serle útiles a los propósitos reeleccionistas.
Quienes pongan en duda lo que aseguramos, sólo tienen que ver las imágenes difundidas por el propio Palacio Nacional, en las que se observa a un Presidente descendiendo estrechos callejones bajo la lluvia en un barrio marginado de Santiago.
Las manidas imágenes a las que recurren los candidatos de todos los partidos, con gente miserable de los barrios, que luego son lanzados al olvido.
Esa ya no tan “discreta campaña” reeleccionista, se disfraza de acciones encaminadas a “resolver” los problemas de los más necesitados, aunque por un lado los más beneficiados con las ejecutorias del gobierno, son los que más tienen y no se les rompe el saco de la avaricia.
Los beneficiarios de las importaciones con la tasa cero, que mitigarán un problema ahora, pero que provocarán muchos otros a los sectores productivos.
También quienes se enriquecieron más con la pandemia, que ahora recibirán más de dos mil millones para seguir haciendo negocio con la salud de los dominicanos.
El propio Presidente Abinader reconoce que está luchando con el monstruo de la inflación, que devora a los más vulnerables y achica más a la sacrificada clase media. Pero por otro lado está inmerso en una campaña a destiempo que lo llevan a descuidar todo el esfuerzo que requiere el país para aligerar la carga de unos problemas que tienen origen externo, pero también una alta dosis interna.
Si el Presidente anda en reelección, en el gobierno todo el gabinete le seguirá sus pasos y la prioridad no será el bienestar de una población asediada por la crisis, sino el proselitismo que casi siempre se nutre de las maltrechas finanzas públicas.