Aparataje policial en Santiago no intimida delincuencia
General sólo apresa "sardinas" en operativo

Por Jeannette Kranwinkel.
La policía sigue recurriendo a los mismos métodos para combatir una delincuencia más organizada y sofisticada en la ciudad de Santiago de los Caballeros, donde la criminalidad se ha desbordado con asesinatos por encargo y ajustes de cuenta que mantiene muy ocupada la industria del sicariato en la segunda capital del país.

Ante el aumento inusitado de las actividades delictivas que comenzaron a inquietar al influyente comercio y empresarios de Santiago y hasta al Arzobispo y presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano se sacó al comandante de la policía.
Se hicieron las mismas promesas, anuncio de más personal y vehículos, pero las causas de la crisis de la seguridad ciudadana en Santiago van más allá del superficial bisturí con el que se ha atacado la enfermedad que atemoriza a la gente de trabajo que está viviendo en carne propia los asaltos hasta dentro de sus hogares a los que irrumpen los antisociales.

Un general de la Policía en ropa de zafarrancho con fusil en mano, recorriendo las calles de algunos barrios de Santiago, con las instrucciones de “cazar delincuentes”, ha provocado satisfacción en unos y preocupación en muchos que conocen las consecuencias de los excesos no sancionados en esa ciudad.
El nuevo jefe de la Dirección Cibao Central de la Policía Nacional, general Claudio Edgar González Moquete ha querido dar el ejemplo a sus hombres, patrullando en barrios donde la presencia de la autoridad casi siempre brilla por su ausencia.
Viene de dirigir el comando Sur Central, con asiento en Baní, Ocoa y San Cristóbal, donde lo más notorio fue la muerte del joven José Gregorio Custodio luego de ser apresado, llevado al destacamento de San José de Ocoa y de allí al hospital con golpes que le provocaron la muerte.
“No queremos que sea por una noche, en este sector necesitamos la vigilancia permanente” dice María Domínguez del barrio Pekín, quien señala que cada vez que llega un nuevo general a Santiago, hacen lo mismo por unos días y luego los dejan a merced de los delincuentes.

En el operativo encabezado por el nuevo comandante de la Policía, a pesar de la aparatosidad, los resultados constituyen una especie de sardinas que quedaron atrapadas en las redes de la que siempre escapan los cabecillas de las bandas de malhechores y delincuentes de “cuello blanco” que todos conocen, pero que nadie toca en Santiago de los Caballeros.
Algunos adolescentes detenidos por el robo de motocicletas y una veintena de rateros a los que no se puede atribuir los asesinatos de las últimas semanas en Santiago, donde han sido abatidas unas diez personas, ni los asaltos, algunos grupales en conocidos establecimientos comerciales y de diversión.
El general González Moquete ha prometido combatir la delincuencia, el crimen organizado y el flagelo de las drogas, y desplegar un plan de trabajo para devolverle la tranquilidad y confianza a la ciudadanía, retos que se ha trazado a su llegada a Santiago el pasado miércoles.
Una tarea que no será fácil tomando en cuenta la responsabilidad de su comando que comprende Moca y La Vega, donde la delincuencia también tiene hastiada a la población.