Perdió 2.2 millones de dólares y dice que ahora es más feliz

Se sacó la lotería, más de dos millones de dólares, lo perdió todo y ahora asegura que es más feliz.

Es la historia de Lara Griffiths, una lección de vida que desafía el estigma asociado a los ganadores de lotería que pierden su fortuna en poco tiempo. En 2005, Lara y su entonces esposo, Roger, se convirtieron en ganadores de un premio de lotería de US$ 2.2 millones de dólares. Aunque su historia podría haber tomado un giro trágico, Lara afirma que se siente mejor que nunca a pesar de haber gastado todo su premio.

Lara recuerda la increíble sensación de enterarse de que tenían millones en el banco. Compraron una casa valorada en US$ 500,000, adquirieron un salón de eventos por US$ 170,000 y se dieron algunos lujos, como comprar unos 30 autos de segunda mano y viajar a lugares exóticos, incluyendo Dubái. Además, Lara se sometió a cirugías estéticas y dejó su trabajo como maestra.

Sin embargo, pronto descubrió que el dinero no podía comprar la felicidad duradera. Lara renunció a su trabajo por temor a que sus colegas y estudiantes la vieran de manera diferente tras su repentino enriquecimiento. Trabajó en el salón de eventos, pero la falta de un sueldo fijo y el aburrimiento la llevaron a extrañar su pasión original: la enseñanza.

Las tensiones surgieron en su matrimonio, y Lara finalmente se divorció de Roger en 2013. A los 53 años, Lara no tiene nada del premio de lotería, pero afirma que no se arrepiente de nada. Disfrutó al máximo de su dinero en su momento y ahora vive feliz con sus dos hijas y su madre en una modesta casa.

Lara ha desafiado la narrativa común de que la lotería arruina vidas y demuestra que, aunque su riqueza se desvaneció, encontró la verdadera felicidad en su vida simple y plena. Su historia es un recordatorio de que el éxito y la felicidad no siempre se miden en dólares y centavos.

Botón volver arriba