El fracaso del gobierno dominicano frente a Haití

Por Guillermo Tejeda
(Director Resumen Final Digital)
El gobierno hace malabares para tratar de esconder el estrepitoso fracaso de las medidas con las que pretendió detener la construcción de un canal de riego en territorio haitiano, en una reacción que tuvo más motivaciones políticas que la proclamada defensa de la soberanía nacional.
Han pasado los días y el envío de cientos de militares y sofisticados equipos bélicos no han logrado detener la obra, que acaba de ser “bendecida” por la comisión técnica de la Organización de Estados Americanos (OEA) que visitó por dos días el vecino país, luego de hacerlo primero en la República Dominicana.

Según las autoridades haitianas, la OEA no hizo observaciones técnicas a su canal, que se ha convertido en un símbolo de unidad para los haitianos, que han reunido recursos y esfuerzos para hacer una realidad un canal que llevará agua a la llanaura de Juana Méndez, fronteriza con Dajabón.
El gobierno ha ido levantando las restricciones fronterizas, renovó los vuelos entre los dos países y hace ahora esfuerzos para que Haití se integre al comercio en los mercados binacionales, para lo que nuestros vecinos ponen condiciones.
Se está frente a un fracaso de la diplomacia dominicana, que se precipitó tomando medidas drásticas sin dejar espacio para las negociaciones.
Las presiones de comerciantes, empresarios, organismos internacionales como las Naciones Unidas y el gobierno de Estados Unidos, se conjugaron para el presidente Luis Abinader comenzara a dar “reversa”, con las medidas contra el segundo socio comercial que mueve un volumen de mil 500 millones de dólares al año.
Dice un viejo adagio que la prisa, nunca ha sido buena consejera. Ni la politiquería cuando se manejan temas de Estado.

El presidente Luis Abinader parece decidido a cargar con el peso de este fracaso, al continuar con un discurso sobre un “interés nacional” que todo el mundo sabe que está asociado a sus aspiraciones reeleccionistas, utilizando el tema haitiano como narrativa de un discurso ampliamente conocido por la población dominicana.
Por culpa de ese discurso se cayó el Pacto de Nación que tenía las políticas sobre Haití como objetivo, al no prestarse los principales partidos de oposición para ese convite en el Palacio Nacional, que terminaron firmando un grupo de partidos minoritarios que se han comprometido con la reelección del mandatario.
El presidente Luis Abinader, quizás sin proponérselo, al no planificar los efectos, ha terminado haciendo un gran daño a los sectores productivos del país (agricultores, avicultores, industriales, comerciantes) que han sufrido en carne propia las inefectivas medidas y uniendo a los haitianos en torno a un objetivo: Su Canal.
Le ha dado oxígeno a un cuestionado Primer Ministro de Haití, Ariel Henry, quien no ha perdido tiempo para aprovecharse del fracaso diplomático dominicano y hasta a las bandas criminales, que han aportado dinero y protección para que avance el canal de la discordi.