Abinader, Presidente y apaga fuegos del gobierno
Por Guillermo Tejeda.
(Director Resumen Final Digital)
El Presidente Luis Abinader ha tenido que convertirse en el “apaga fuegos” de su gobierno.
El mandatario ha tenido que salir al frente para enderezar los entuertos de medidas adoptadas que han provocado alergias en la epidermis ciudadana.
Está el caso de las altas facturaciones por el servicio eléctrico, que llegaron en el momento menos esperado, en medio de una crisis que tiene a miles de hogares postrados por el desempleo provocado por la pandemia y una galopante ola inflacionaria que se traga los pocos recursos económicos de la familia dominicana de clase media.
Se comenzó la aplicación del Pacto Eléctrico por la parte más débil, los usuarios del servicio, sin que las empresas del sector ni el gobierno cumplieran con su parte.
Y como si fuera poco, se filtran los escandalosos aumentos salariales de los ejecutivos de la Superintendencia de Electricidad, en los precisos momentos en que producían otro reajuste en la facturación.
La explicación que ofrecieron para justificar el aumento de sus sueldos en un 26 por ciento, no pudo ser más indignante, complicando más la crisis reputacional del gobierno, que pide sacrificios pero sus funcionarios se sirven con la cuchara grande.
El escándalo provocó que se diera marcha atrás a los aumentos salariales de la Superintendencia de Electricidad, para lo que no se descarta que mediara el hilo del teléfono presidencial, consciente Abinader de que es el que paga los platos rotos de su gobierno.
Es importante que el jefe de Estado escuche y rectifique las medidas tomadas sin mucha ponderación, sin pensar en las consecuencias para los sectores más depauperados y una clase media que no soporta una carga más en medio de tan asfixiante situación.
Pero el precio a pagar por estas “reversas” son muy altos en el campo político y en momentos en que ya no se disimula el proyecto reeleccionista que corre de manera prematura antes de que la actual gestión cumpla la mitad del mandato constitucional y falten muchas cosas que cumplir, a pesar de que el presidente Abinader asegura que han hecho “más de lo prometido en campaña”.
Los fuegos en el gobierno no pueden ser tan frecuentes que obliguen al inquilino del Palacio Nacional a salir de emergencia a sofocarlos, arriesgando a sufrir quemaduras políticas al principal activo con el que cuenta el PRM para la venidera contienda electoral.
Es cierto que la oposición, cumpliendo con su papel, atiza las llamas de la indignación de los ciudadanos que padecen necesidades y esperan más del Presidente Abinader, pero desde su gobierno se contribuye a expandir el fuego con funcionarios que se consideran islas de poder, con derecho a tomar medidas sin calcular que pueden terminar incendiando la pradera.