Agricultura y la JAD difieren sobre mano de obra haitiana
Por Jeannette Kranwinkel.
El ministro de Agricultura, Limber Cruz y el presidente de la Junta Agroempresarial Dominicana (JAD) Osmar Benítez tienen posiciones encontradas en torno a la necesidad de la mano de obra haitiana en las plantaciones agrícolas del país.
El funcionario asegura que actualmente el país no puede prescindir de la mano de obra haitiana porque los dominicanos se niegan a trabajar en el campo y en la construcción.
Cruz, quien también es empresario en el sector agrícola, indicó que hace diez años cerca del 98% de los trabajadores en el campo eran dominicanos, porcentaje que se ha reducido en su máxima expresión ya que, según expresó, hoy día “al dominicano no hay quien le haga coger un machete”.
Sostuvo que, para poder producir sin la incidencia de extranjeros en el campo o la construcción local, se debe apostar a la tecnificación de ambos sectores mediante los mecanismos que aporta la tecnología.
Sin embargo, el presidente de la JAD y pasado ministro de Agricultura, Osmar Benítez lo contradice.
Asegura que el campo dominicano no necesita de más mano de obra haitiana para labores agropecuarias.
Explica que con los extranjeros que fueron regulados por gobiernos anteriores resulta “más que suficiente para realizar los oficios propios de estas tierras”.
“No necesitamos más haitianos; pueden cerrar la frontera y bloquearla o hacer el muro que ustedes quieran, pero con los que están aquí podemos trabajar”, declaró Benítez, previo al acto de reconocimiento que realizó la Junta Agroempresarial a José Manuel Mallén, como “Agroempresario del 2022”.
Benítez comentó que en ese sector son respetuosos de las leyes dominicanas y que las autoridades prevén que hacer en caso de que haya extranjeros de forma irregular, sin importar sean “haitianos, franceses, alemanes, suecos y venezolanos”.
“La ley es dura, pero es la ley”, dijo. “Nosotros hemos propuesto que el Gobierno se siente con los sectores productores y veamos de qué manera se busca una solución”, agregó Benítez.
Sin embargo, más del 90 por ciento de los hombres que trabajan en las plantaciones agrícolas de la República Dominicana pertenecen a la población de inmigrantes haitianos, mientras los dominicanos prefieren los trabajos en las las ciudades, según un estudio del Instituto Nacional de Migración divulgado hace poco.