Antonio Espaillat otro día en la cárcel y 236 víctimas en cementerios

Tras pasar su segunda noche en la «carcelita» del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, el dueño del Jet Set, Antonio Espaillat, enfrentará este sábado la solicitud de medidas de coerción del Ministerio Público, en un expediente que incluye a su hermana, Maribel, quien estaba al frente de la colapsada discoteca la trágica noche del derrumbe en medio de una fiesta.

Los dos son investigados por homicidio involuntario por el caso Jet Set, que ha tomado curso luego de dos meses del fatídico hecho, trayecto en el que se trató de minimizar el desastre que dejó oficialmente hasta el momento, 236 muertos y más de un centenar de heridos.

Según el proceso legal, el juez coloca el expediente en el rol de audiencias, por lo que la coerción podría conocerse a partir de las nueve de la mañana del domingo, hora en que se abre del Tribunal de Atención Permanente.

Antonio Espaillat permanece detenido en la cárcel del cuarto piso del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva. Durante el día, antes de la hora de cierre de visita -que es a las 6:00 de la tarde- recibió a varios de sus parientes, entre ellos su esposa y dos hijos.

Sobre él y su hermana, el Ministerio Público dijo ayer  que «ambos mostraron ‘una inmensa irresponsabilidad y negligencia’ al dejar de realizar una intervención física que impidiera que el techo del centro de diversión colapsara, como finalmente sucedió, provocando 236 muertos y más de 180 heridos».

En ese sentido, la calificación jurídica es homicidio involuntario con penas que van de tres meses a dos años de prisión, según lo establece el Código Penal.

El Ministerio Público también les atribuye «intentos de intimidar a testigos» que fueron sus empleados en el centro de diversión.

Paralelamente a esa acusación, los Espaillat se enfrentan a 82 querellas, depositadas en la Fiscalía del Distrito Nacional, en las que piden, entre otras cosas, resarcimientos millonarios por los daños a las familias afectadas.

El derrumbe deja Jet Set ocurrió en la madrugada del 8 de abril, en un momento que las personas disfrutaban el lunes bailable con Rubby Pérez, una de las de 236 víctimas.

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