Así vive ahora el hermano del capo Pablo Escobar
Casi ciego y sin audición en uno de sus oídos, así permanece Roberto Escobar, el hermano mayor del difunto capo del cártel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria. En los ochenta se convirtió en el número dos de la organización delictiva. Hoy sobrevive con lo justo y en medio de recuerdos que no volverán.
Nació el 13 de enero de 1947. Su padre fue un agricultor y su madre una maestra de escuela. Mientras que su abuelo materno lo había precedido en los negocios ilícitos. Era contrabandista de whisky.
En medio de ese entorno se desarrolló Roberto Escobar, quien en una crónica del archivo de El Tiempo de Colombia, del 2015, detalló que en su juventud arreglaba radios y televisores a cambio de que le paguen los estudios y le patrocinaran en el ciclismo, otra de sus mayores pasiones.
“En mi primer trabajo en Medellín reparaba entre 20 y 30 televisores diarios”, narró.
En aquella entrevista, también recordó que el primer radio que hubo en su casa fue hecho por él, al igual que el primer equipo de sonido y el primer televisor. Su talento lo llevó a ganar concursos y le sirvió como tesis de grado.
‘EL OSITO’
Antes de dedicarse a los negocios ilícitos, Roberto Escobar se destacó como ciclista.Llegó tercero en la prueba por equipos del Campeonato Nacional de Ciclismo de Colombia, segundo lugar como deportista del año en el departamento de Antioquia y hasta representó a Colombia en competencias panamericanas.
De hecho, de esa faceta nació ‘El Osito’, su apodo que luego se convertiría en su alias en todos los procesos judiciales que le abrieron.
Resulta que durante una competencia en Medellín, empezó a llover a cántaros sobre la carretera llena de fango. Las llantas enviaron el barro a su cara hasta taparla por completo. Solo se le veían los ojos. Cuando llegó a la meta, un periodista radial que transmitía la etapa, le dijo: “Ahí llega Roberto Escobar Gaviria, que más bien parece un osito”, reza el reporte de El Tiempo.
CIEGO Y SIN OÍDO
‘El Osito’ fue acusado de ser parte de la logística del cartel de Medellín y liderar sicarios entre 1987 y 1988. Sin embargo, desde aquellas épocas no corrió con buena suerte.
Cuando estuvo en la cárcel de Itagüí, en 1993, recibió un sobre de manila, que resultó ser una bomba. Explotó en su cara y lo dejó ciego. Actualmente, dice que ve en blanco y negro. El bombazo también le causó una sordera parcial, perdió el 70% del oído.
FAMILIA
En total tuvo cinco hijos, dos de ellos de su primer matrimonio. El primero, Nicolás, estuvo inmiscuido en el narcotráfico, se dice que ayudó a transportar en un avión el cadáver de uno de los jefes del cartel de Cali, lo que provocó un proceso de paz firmado verbalmente entre los dos grupos criminales.
Mientras que José Roberto fue asesinado tras recibir cinco tiros en la cabeza cuando estaba en un gimnasio.
De su segundo matrimonio, se desprendieron tres hijos más: Joseph y dos niñas. Sin embargo, vive solo y su única compañía es su amigo exciclista que suele ayudarlo a moverse por la casa y recoger a sus hijos en una camioneta.
SOBREVIVE CON LO JUSTO
Según el reporte de El Tiempo, Roberto sobrevive con lo justo, pues casi todo lo que tuvo terminó en manos del Estado. En Colombia se aplica la ley de extinción de dominio, que ayudó a decomisar parte de los bienes de Escobar y sus familiares.
Los juicios en su contra concluyeron que su patrimonio era producto del narcotráfico de Pablo. Sin embargo, él jura que nunca tuvo que ver en nada, solo sabía de los negocios de su hermano, pero no participó.
Dentro de su confesión, admitió ser partícipe del delito de narcotráfico, aunque manifiesta que esa versión fue invento de su hermano para estar juntos en la cárcel. “Pablo consiguió unos testigos falsos que me involucraron en un negocio ficticio de droga, y eso fue suficiente para entregarme”, dijo al medio antes mencionado.
Para lograr una pena menor, tuvo que confesar un delito que según él no cometió. Prueba de ello, es que Estados Unidos nunca pidió su extradición.
A PUNTO DE VOLVERSE MILLONARIO
Alrededor del mundo se han hecho películas, libros, documentales y toda clase de productos, pero lo paradójico es que a este sujeto no le llegan esas ganancias.
Aunque hace algunos años, estuvo a punto de firmar un millonario contrato con una productora de Hollywood para hacer una película dirigida por Oliver Stone. La historia estaría basada en las confesiones de su libro ‘Mi hermano Pablo’, pero el negocio se dañó por culpa de los abogados y todo quedó en el aire.
“Fue la única vez que acarició la posibilidad de volverse millonario por cuenta de las regalías que genera ese mito en que se convirtió su hermano”, reseña El Tiempo.
Por esas causas, se dice que cobra por entrevistas y querría convertir su casa en un museo.
Actualmente, dice vivir en paz, cumpliendo su promesa de no meterse en negocios ilícitos. “No tengo peleas con nadie, arreglé los problemas que tenía mi hermano y la gente se dio cuenta de que yo soy sincero, que no busco problemas; mi modo de ser es muy diferente”.