Capital peruana sumida en el caos de las protestas populares

Presidente Dina Boluarte aferrada al cargo

La capital peruana, Lima, ha vivido este jueves una jornada violenta en medio de protestas a las que se han sumado distintos sectores que demandan la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y elecciones generales para renovar el Ejecutivo y el desacreditado Congreso.

La ciudad de Lima no había visto hasta ahora incidentes tan intensos y violentos como los que se han producido en las últimas semanas en otros lugares del país, donde son ya 52 los muertos y más de un millar los heridos.

Pero la convocatoria a “la toma de Lima”, lanzada por las diversas organizaciones y colectivos que exigen la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y elecciones generales para renovar el Ejecutivo y el Congreso, ha derivado en protestas con violencia.

Manifestantes y policías antidisturbios se enfrentaron en las avenidas centrales de la capital. La policía ha lanzado gases lacrimógenos y ha formado cordones para impedir el avance de los manifestantes.

Medios locales han reportado que varias personas resultaron heridas, entre manifestantes y policías.

Algunos manifestantes pudieron llegar a calles aledañas al Palacio de Gobierno y la sede del Congreso, dos puntos fuertemente resguardados por las fuerzas de seguridad.

La convocatoria a la protesta reunió a miles de personas de diferentes puntos del país en la plaza San Martín, la plaza Dos de Mayo y el campus de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, donde se les da cobijo, alimentos y otra asistencia.

El clima en la ciudad había sido de tensión a lo largo de la mañana.

Las clases universitarias han sido suspendidas y el gobierno ha recomendado a las empresas que faciliten el teletrabajo durante todo el día.

Además el Ministerio de Salud declaró en alerta roja a todos los centros sanitarios en todo el país, ante la previsión de que las protestas en la capital se repliquen en otros lugares.

El despliegue policial en la capital ha sido muy extenso, con 11.800 agentes para controlar posibles disturbios, “además de 120 camionetas y 49 vehículos militares, y también la participación de las fuerzas armadas”, indicó el jefe de la Región Policial Lima, general Víctor Zanabría.

En las ciudades de Arequipa, Juliaca y Cusco, centenares de manifestantes intentaron acceder por la fuerza a los aeropuertos.

En el caso de Arequipa, la terminal aérea informó que había suspendido sus operaciones este martes por precaución.

Los asaltantes, que lanzaron piedras y derribaron parte de la valla de ese aeropuerto, se enfrentaron con los policías, que usaron bombas lacrimógenas para dispersarlos.

Dina Boluarte, presidenta de Perú, quien sigue aferrada al cargo al pactar con las élites que conspiraron contra el presidente Pedro Castillo.

El diario La República, citando a autoridades de salud, informó de la muerte de un manifestante en esa ciudad.

En Cuzco, el Aeropuerto Internacional Alejandro Velasco Astete también suspendió temporalmente sus operaciones.

En la red de carreteras se ha interrumpido el tránsito en 127 puntos de 18 de las 25 regiones del país por las protestas, según el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.

La presidenta Boluarte ha reiterado que no piensa renunciar.

El viernes dijo: “Mi compromiso es con el Perú, no con ese grupo minúsculo que está haciendo sangrar a la patria”.

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