Carolina Mejía borra del Malecón la Plaza Omar Torrijos
Por Jeannette Kranwinkel.
El Ayuntamiento del Distrito Nacional ha borrado del Malecón de Santo Domingo la icónica Plaza General Omar Torrijos, sin que se ofreciera ningún tipo de explicación sobre los motivos para destruir el monumento ubicado en el denominado Paseo Marítimo 30 de Mayo.
Ubicada en la intersección de las avenidas Abraham Lincoln con George Washington, la Plaza Omar Torrijos fue erigida durante la gestión como alcalde del Distrito Nacional del doctor José Francisco Peña Gómez.
Se levantó en honor de un gran amigo de los líderes del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), la mayoría en el gobierno en estos momentos, sin que nadie se pronuncie sobre la obra de su líder Peña Gómez.
Ha llamado la atención que sea precisamente en una gestión de “seguidores” del doctor Peña Gómez, que se borrara del Malecón la importante plaza, que no recibía el acondicionamiento de las autoridades municipales que siembran en estos momentos de cemento y varilla una zona que forma parte del Cinturón Verde de Santo Domingo.
La alcaldesa Carolina Mejía no se ha referido a la destrucción de la Plaza Omar Torrijos, donde también se derribaron cocoteros y otros árboles.
En otras intervenciones del Malecón, en distintas gestiones edilicias, los alcaldes se habían cuidado de no tocar la plaza, por respeto a la memoria del doctor Peña Gómez y del General Omar Torrijos, quien acompañó al líder perredeísta en jornadas políticas en los tiempos difíciles para la oposición en el país.
Pero en lugar de restaurarle su elegancia y majestuosidad y que pueda ser utilizada para la sana recreación y esparcimiento de la municipalidad, la Plaza Omar Torrijo se borró del mapa capitaleño.
La alcaldesa Mejía ha dicho que buscan con el remozamiento Malecón de Santo Domingo convertir el Paseo Marítimo en una de las más emblemáticas obras de recuperación y organización urbana del Distrito Nacional.
Lo lamentable que sea a expensas de borrar los lugares icónicos que forman parte de la historia del malecón, como lo es la emblemática Plaza Omar Torrijos, una ofensa innecesaria al pueblo panameño.