Caso Constanza desnuda la corrupción en la Policía
Prisión para agentes por sobornos y extorsión
Ha pasado como un hecho aislado, pero podría estar ocurriendo en muchas partes del país.
Se trata de la acción judicial que ha puesto al desnudo la corrupción policial en Constanza, un tranquilo municipio de La Vega, donde los policías de investigaciones criminales estaban dedicados a todo, menos a garantizar la tranquilidad y enfrentar a la delincuencia.
Se habían convertido en una asociación de malhechores acusados por la fiscalía de soborno y extorsión, por lo que el Juzgado de la Instrucción del Departamento Judicial de Constanza impuso un año de prisión preventiva, como medida de coerción, en contra de tres agentes de la Policía Nacional.
El tribunal también declaró el caso complejo contra los miembros de la uniformada, adscritos a la Dirección Central de Investigación (Dicrim).
Los imputados son el capitán Teodoro Vallejo Morillo, coordinador de Investigación; el segundo teniente Wilson Liriano Espinal, oficial de Investigación; y el sargento Yoel de Jesús Almonte Reynoso, agente investigador de la plaza.
Mientras, los civiles Juan Bautista (El Vico) y Dannery García Peralta, acusados actuar en complicidad con los agentes, deben pagar una garantía económica de RD$40 mil.
La fiscalía de Constanza les imputa los cargos de soborno, extorsión y asociación de malhechores, por lo que están solicitando la imposición de prisión preventiva en contra de los tres agentes.
Según la acusación, los miembros de la policía apresaban a los ciudadanos y les exigían dinero para dejarlos en libertad.
Uno de los casos es el del homicidio de Pablo Abreu, ocurrido hace varios meses en la comunidad La Cotorra, de Constanza. Los agentes habían cobrado RD$150 mil para proteger al presunto homicida.
A todo esto, la dirección de la Policía Nacional ha guardado un hermético silencio. En los últimos días, a raíz del incremento de los “intercambios de disparos” ha salido a relucir que miembros de la Dicrim se estarían prestando para matar a los adversarios en las luchas por el control de grupos delictivos.
Esto habría ocurrido en San Francisco de Macorís, donde fueron ejecutados dos hombres, luego de ser detenidos y se dice que los policías estaban al servicio de otro grupo de delincuentes con los que una de las víctimas tenía asuntos pendientes.