Católicos desafían las lluvias para celebrar Corpus Cristi

Miles de feligreses desafiaron las lluvias de este jueves para celebrar el Dia de Corpus Cristi en la amplia explanada del Faro a Colón.

Los fieles católicos se desbordaron para esta celebración que no se hacía dos años  debido a la pandemia.

Monseñor Francisco Ozoria, arzobispo metropolitano de Santo Domingo encabezó la manifestación con motivo del Día de Corpus Cristi.

El arzobispo metropolitano, monseñor Francisco Ozoria Acosta, encabezó la actividad junto a los obispos auxiliares, sacerdotes, diáconos, donde “se exaltó y adoró la presencia viva de Jesús Eucaristía en el marco Jubilar Altagraciano con el lema: “Con María de la Altagracia, Adoremos a Jesús Eucaristía”.

Miles de fieles entre niños, jóvenes y adultos, unidos como Iglesia sinodal, marcharon en procesiones organizadas por Vicarías Territoriales y el Distrito Nacional, identificados por colores, culminando en el Faro a Colón con una adoración y celebración Eucarística. Por las lluvias, algunos feligreses, que siguieron la marcha, se mojaron, otros abrieron sus paraguas.

Monseñor Benito Angeles en la procesión con motivo del Día de Corpus Cristi.

El Corpus Christi o Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo es una celebración que honra el santo sacrificio. Fue el Papa Urbano IV en el año 1264 quien ordenó que se celebrara cada año en el jueves siguiente a la Fiesta de la Santísima Trinidad, la cual se lleva a cabo el domingo sucesivo a Pentecostés (sesenta días después del Domingo de Resurrección)

De acuerdo a una nota de la Arquidiócesis, “la eucaristía no es un memorial abstracto, sino un memorial vivo del amor de Dios, un sacramento inscrito en el ADN espiritual, recordó Papa Francisco hace algunos años atrás: ‘La Eucaristía es el sacramento de la unidad. Quien la recibe se convierte necesariamente en artífice de unidad, porque nace en él… Que el Pan de Vivo (Jesús Eucaristía) nos sane de la ambición de estar por encima de los demás, de la voracidad de acaparar para sí mismo, de fomentar discordias y diseminar críticas; que suscite la alegría de amarnos sin rivalidad, envidias y chismorreos calumniadores”.

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