Celso Marranzini presenta su plan para acabar con apagones

El presidente del Consejo Unificado de las Empresas Distribuidoras de Electricidad ha formulado una serie de promesas para “transformar la distribución eléctrica en el país”, pero los fondos para esa iniciativa del empresario y funcionario se nutrirán de préstamos por un monto superior a los 650 millones de dólares.

Marranzini, quien también incursiona en el negocio eléctrico, pero al mismo tiempo administra Punta Catalina y ahora las EDES, habló en el almuerzo de la ámara Americana de Comercio de la República Dominicana (AMCHAMDR).

Allí trazó el camino para superar, a su juicio, los retos históricos que han afectado al sector, centrándose en la modernización, la eficiencia y la transparencia.

Marranzini comenzó su discurso recordando la promulgación de la Ley 141-97 de Reforma de la Empresa Pública en 1999, que marcó el inicio de un proceso de reestructuración del sistema eléctrico en el país. Sin embargo, señaló que, a pesar de algunos avances, el sector de distribución ha permanecido estancado, generando un alto costo fiscal que afecta directamente a todos los ciudadanos.

Este estancamiento, según Marranzini, se debe a una combinación de ineficiencia, fraude y falta de continuidad en las políticas gubernamentales.

El plan de Marranzini incluye una inversión de más de 650 millones de dólares, asegurados a través de financiamientos de organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial y la Corporación Andina de Fomento (CAF).

Estos fondos se destinarán a la modernización de las redes de distribución, la expansión de la infraestructura de telemedición y la rehabilitación de sistemas comerciales que datan de 1999. Marranzini destacó que estas inversiones son fundamentales para reducir las pérdidas técnicas y comerciales, que actualmente representan una carga financiera insostenible para las EDE.Uno de los pilares del plan es la lucha contra el fraude eléctrico, que Marranzini describió como un «flagelo» que erosiona la calidad del servicio y perpetúa las pérdidas económicas.

Propuso la reactivación de la Procuraduría General del Sistema Eléctrico (PEGASE) para perseguir judicialmente a los responsables del fraude y enfatizó la necesidad de distinguir entre el fraude y la morosidad. Mientras el fraude debe ser castigado con todo el peso de la ley, la morosidad debe abordarse con firmeza a través del corte de servicio y la reestructuración de pagos.

Marranzini subrayó la importancia de tecnificar las EDE para acabar con la práctica de utilizarlas como «botín político». Propuso un proceso de reorganización que sentará las bases para la eficiencia operativa, con miras a una futura licitación para la operación y mantenimiento de las empresas por parte del sector privado, sin comprometer la propiedad estatal.

Destacó la transparencia como un eje transversal del plan, proponiendo la publicación trimestral de informes sobre el estado de las EDE y la implementación de un manual de compras y contrataciones claro y accesible.

Marranzini subrayó que el fraude no solo representa una pérdida económica considerable para las EDE, sino que también contribuye al deterioro de la infraestructura y genera un servicio ineficiente. «Las pérdidas alcanzan niveles inaceptablemente altos, exacerbadas por el fraude eléctrico, que no solo es un acto ilícito, sino un acto de deslealtad hacia todos los ciudadanos que pagan por el servicio», afirmó.

El fraude eléctrico ha sido identificado como una de las principales causas del déficit financiero que afecta al sector de distribución. Según Marranzini, «estas pérdidas no solo representan una sangría económica, sino que también deterioran la calidad del servicio, generando apagones y fluctuaciones que afectan la vida diaria de millones de dominicanos».

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