China y Rusia afianzan sus relaciones
China y Rusia cerraron filas este martes en Pekín dejando clara la fortaleza de sus lazos, el rechazo a las «sanciones unilaterales» y su afinidad de criterios respecto a los conflictos en Ucrania, Gaza y Asia-Pacífico.
Una relación que, según trasladó el presidente chino, Xi Jinping, al ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, que realizó una vista oficial a China este lunes y martes, debe avanzar «sin contratiempos y de forma constante».
El líder chino recalcó que Pekín apoya a Rusia «en la lucha contra el terrorismo» e incidió en que ambos países deben «implementar plenamente» los «consensos» que alcanzó con su homólogo ruso, Vladímir Putin.
Por su parte, Lavrov dijo en su encuentro con Xi que Rusia admira «profundamente» los «logros» conseguidos por China, que han «brindado importantes oportunidades para que otros países puedan desarrollarse».
«La prioridad de la política exterior de Rusia es consolidar y mejorar los lazos con China. La exitosa reelección del presidente Putin asegura la continuidad de estas relaciones», sostuvo el diplomático.
Agregó que Rusia busca «fortalecer la colaboración bilateral y multilateral y trabajar con otros países del ‘Sur Global’ para contribuir a la formación de una sociedad más justa».
Críticas a Occidente
Horas antes, Lavrov comparecía ante la prensa junto a su homólogo Wang Yi para celebrar el buen momento «sin precedentes» de las relaciones bilaterales y cerrar filas para combatir «comportamientos hegemónicos e intimidatorios», en referencia a Estados Unidos.
«Nos mantendremos alerta ante cualquier intento de castigo unilateral que tenga el peligro de colapsar las cadenas de suministro», dijo Lavrov apenas un día después de que la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, alertase sobre el «riesgo» que supone el «exceso de capacidad industrial» de Pekín.
Por su parte, Wang Yi matizó que las relaciones con Moscú se basan «en la no alineación y la no confrontación» y que buscan «construir un mundo multipolar en el que no tenga cabida el hegemonismo».