¡Cuidado!: Asomo de “incontrolables” en el gobierno
Por Guillermo Tejeda
(Director Resumen Final Digital)
Los incontrolables, los encargados del trabajo sucio de los gobiernos, han saltado a la palestra pública por la laboriosa ciudad de San José de Ocoa, donde la policía tiene un largo prontuario de excesos que le han costado incluso la vida a ciudadanos detenidos.
La aparatosa detención del médico Wazar Gómez, por el simple hecho de caminar con una pancarta a cuesta pidiendo explicación por el aumento de los casos de cáncer y las enfermedades mentales en esa provincia, es una muy mala señal de que desde el gobierno no están por permitir la más mínima protesta, por pacífica que sea y menos en medio de una campaña electoral en la que está en juego el proyecto reeleccionista del presidente Luis Abinader.
El hecho de que se utilice un puñado de hombres armados, civiles y con uniformes, en todo un operativo para arrestar a ese ciudadano, debe llenar no solo de indignación, sino que también de preocupación por lo que está en juego en estos momentos.
Pero, si preocupante fue el apresamiento del doctor Gómez, mucho más su posterior relato de que al lanzarlo a una celda del cuartel policial de Ocoa, los agentes que le coartaron su derecho, instigaron a los presos para que le propinaran una golpiza.
Una práctica que todavía es común en los cuarteles policiales, donde se pone a detenidos a torturar a otros presos, para luego la autoridad lavarse las manos como ocurrió ya con el joven asesinado en el destacamento de Naco luego de ser detenido en una importante plaza comercial por un simple incidente.
El gobierno se ha aprestado a aclarar que no reprime las protestas pacíficas y celebrado que el presidente Luis Abinader en un ejercido de “perdona vidas”, ordenara la libertad de un ciudadano que nunca debió ser privado de sus derechos cuando no infringió ninguna Ley y que se amparó en la Constitución de la República.
Contrasta el accionar violento de los policía y agentes de la seguridad del Estado en contra del doctor Wazar Gómez, con la mano de seda que aplican esas mismas autoridades a los delincuentes y narcotraficantes que polulan por las calles ocoeñas, donde se observa en pleno centro de la ciudad una complicidad que retrata de cuerpo entero una cultura policial que lanza por el suelo la reforma de la que hace galas el gobierno que no ha logrado eliminar las lacras que manchan el uniforme de la institución llamada a preservar el orden público.
Hay fatales coincidencias que en nada benefician al gobierno del presidente Luis Abinader que atraviesa un mal momento por la aprobación y promulgación de la controversial ley que crea la nueva Dirección Nacional de Inteligencia (DNI), con pretensiones de convertirse en una super-estructura para el caliesaje oficial, vulnerando derechos ciudadanos, lo que ha puesto de pie hasta los más conservadores y hasta bocinas pagadas que le celebran todo al oficialismo.
El deterioro del estado de derecho en la República Dominicana es evidente y se han dado señales claras que obligan al presidente Abinader a demostrar ante el país su compromiso con el respeto a la Constitución que consagra el derecho a la protesta. En su momento como candidato fue un abanderado de las protestas pacíficas que en su gobierno se quieren aplacar utilizando métodos antidemocráticos como el más reciente con el médico en Ocoa.
“Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas y opiniones, por cualquier medio, sin que pueda establecerse censura previa”.
Artículo 49 Constitución República Dominicana.
La etapa de los “incontrolables” como el ex presidente Joaquín Balaguer definía a los responsables de los excesos de su gobierno, debe ser enterrada definitivamente, cortando toda maleza que pretenda hacerle sombra al árbol de la libertad que ha echado raices profundas desde aquel 30 de mayo de 1961 cuando se colocó en el baúl de un automóvil el cadáver de quien cercenó por 30 largos años, los derechos de los ciudadanos dominicanos.