Descuido total desde el Estado por la salud mental

República Dominicana tie­ne un alto déficit de camas, especialistas y unidades de servicios, para atender la demanda de atención de salud mental de sus más de 10 millones de habitantes.

Esta escasez no sólo li­mita o dificulta el acceso a esa atención especializa­da en la red pública, sino también del lado privado.

La red pública cuenta con alrededor de 10 Unida­des de Intervención en Cri­sis (UIC) funcionando con poco menos de 100 camas, en conjunto, en mayor nú­mero concentradas en San­to Domingo y Santiago.

Incluso, deja regiones enteras sin una cama en la red pública para el ingre­so de pacientes psiquiátri­cos, como es el caso de las regionales sanitarias Este y Cibao Occidental, que componen las provincias La Altagracia, La Romana, San Pedro, Hato Mayor y El Seibo, así como Valver­de, Santiago Rodríguez, Monte Cristi y Dajabón, respectivamente.

Los servicios de Unida­des de Intervención en Cri­sis (UIC), que son áreas esta­blecidas dentro de hospitales nacionales y provinciales pa­ra el ingreso temporal de pa­cientes con crisis de salud mental, surgieron dentro del proceso de transformación del hospital Psiquiátrico Pa­dre Billini a Centro de Reha­bilitación Psicosocial, de cu­yo deterioro, también han surgido denuncias en las úl­timas semanas.

Red privada

En el sector privado la es­casez de camas psiquiátri­cas también es latente, a lo que se suma el ingrediente de que su alto costo, lo que convierte ese servicio en privilegio para unos pocos.

La baja disponibilidad de camas en el sector privado persiste a pesar de que en los últimos años se han ido ampliando espacios como casas de recuperación, clí­nicas de salud mental, uni­dades de intervención en crisis y en algunos estable­cimientos de atención ge­neral de salud se han espe­cializado camas destinadas a ese tipo de pacientes.

Las consecuencias negativas del déficit de esos servicios, se hacen aún más visibles, en los actuales momentos en que especialistas coinciden en que hay un importante incremento en los trastor­nos emocionales y condicio­nes de salud mental entre la población dominicana, atiza­dos como secuelas de la pan­demia del Covid-19.

A esto se suma un mayor aumento en la demanda, ya que se ha despertado mayor consciencia en la población de buscar ayuda de salud mental, fruto del trabajo des­mitificación y bajar la estig­matización que se ha hecho en el país.

Integrados a la red pú­blica se estima que hay en la actualidad unos 200 psi­quiatras, y unos 1,000 psi­cólogos, número de pro­fesionales que no son suficientes para atender la demanda.

Un día cama de in­greso en el sector pri­vado ronda entre los 10 mil y 17 mil pesos diarios y una consulta médica entre 4,000 y 6,000 pesos.

A esto se suma que los psiquiatras en su mayoría no aceptan el Plan de Servicio de Salud del Seguro Fa­miliar de Salud (SFS) o tarjeta de seguro médico, en el plan bá­sico.

Algunos especialistas toman la tarjeta del Seguro Nacional de Salud (Senasa) con la que hay acuerdos es­peciales de tarifas, pe­ro no todos lo hacen. En tanto, algunas ase­guradoras privadas incluyen cobertura de hasta 3,000 pesos en servicios de consulta psiquiatras en sus pla­nes complementarios, pero no en el básico, el resto es gasto de bolsillo del paciente.

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