Dio Astacio no recoge basura a los vivos y abandona cementerios
En medio de la desidia del alcalde Dio Astacio, el cementerio Cristo Salvador, el principal camposanto de Santo Domingo Este luce sepultado entre malezas.
Las tumbas lucen imperceptibles cuando se penetra al lugar, una señal de que no se le está dando mantenimiento.
Esto con el agravante de que el alcalde Astacio se ha desligado de la situación, argumentando que quienes tienen que limpiar son las personas que tienen allí a sus parientes enterrados.
Pero no solo la mayoría de las tumbas están llenas de malezas, también las aceras por las que hay que abrise paso a machete limpio para avanzar.
El camposanto enfrenta un serio deterioro en su mantenimiento, con pasillos y áreas comunes invadidos por la maleza, por lo que visitantes y familiares de los difuntos han manifestado su preocupación y lanzado críticas contra el alcalde Dio Astacio, quien en campaña prometió mucho y se ha vuelto nada.
Momentos antes de encontrar a Félix y Mauris en labores de mantenimiento del sepulcro, la yerba y otras plantan arropaban el panteón de su familia, impidiendo que pudieran abrir la puerta para entrar.
“El Ayuntamiento debe animarse y dar un buena limpiada. Si ellos están ahí delante para cobrar, deberían estar aquí para limpiar”, indicó una de las personas que visitaba el camposanto.
También la ciudadana Ramona Peralta, se quejó de que las áreas de acceso hasta las tumbas deberían estar en condiciones para poder acceder debido a que la vegetación no solo dificulta la movilidad, sino que representa un riesgo para la seguridad de los mayores de edad como ella.
El alcalde de Santo Domingo Este, Dio Astacio dijo la semana pasada que las tumbas pertenecen a quienes las adquieren y que cada propietario es responsable de mantener limpia su área.
Agregó que, si realmente a los ciudadanos les importan sus seres fallecidos, deberían ir a limpiar el lugar, ya que ni siquiera contribuyen económicamente para mantener el cementerio en buen estado.
Es el mismo funcionario que antes de llegar al cargo se quejaba de las condiciones deplorables de ese cementerio, prometiendo que tan pronto asumiera le darían el mantenimiento adecuado.