El almuerzo del olvido de la Cámara Americana de Comercio
Los empresarios y las organizaciones que los aglutinan han decidido irse por las ramas en sus “preocupaciones” por la transparencia del actual proceso electoral.
Por lo menos fue lo que observé en las preguntas que el vicepresidente ejecutivo de la Cámara Americana de Comercio, William Malamud le formuló al presidente de la Junta Central Electoral, doctor Román Jáquez Liranzo, al terminar su ponencia en el ya tradicional almuerzo de esa institución que responde a los intereses de los inversionistas norteamericanos en el país.
Malamud sacó una hoja con las interrogantes que tenían, luego de la brillante exposición del doctor Román Jáquez, entre las que destacaba la “preocupación” del sector por la propaganda de los partidos en infraestructuras públicas entre los que citó postes del tendido eléctrico.
También citó lo que para ese sector empresarial constituye “un peligro” por las decisiones judiciales que implican cambios en las boletas, inquiriendo sobre las medidas para evitar retrasos que pongan en riesgo el proceso, lo que aclaró el magistrado presidente de la JCE, significando que es respetuosa de las decisiones de los tribunales jurisdiccionales.
“Ninguna decisión pone en riesgo las elecciones del próximo 19 de mayo” exclamó el funcionario, pasando a describir lo que se ha hecho en lo que tiene que ver con la boleta de un partido en Nueva York.
Malamud también inquirió sobre el trabajo de la Unidad de Seguimiento de Infracciones administrativas de la JCE y resultados a la fecha y la obligación legal de los partidos de depositar el presupuesto en la campaña, aclarando Jáquez Liranzo que para ello se tiene un plazo que se extiende hasta mediados de año y los topes de los candidatos rendidos a la Dirección Financiera del organismo cuando concluya el proceso.
Pero el bolígrafo le falló a William Malamud a la hora de formular lo que para los principales partidos de oposición y organizaciones de la sociedad civil, entre las que se incluye la ahora silenciosa Participación Ciudadana, es la principal preocupación en esta estos momentos, que es el uso desorbitado de los recursos del Estado en la campaña oficialista.
El destacado dirigente de la AMCHAMDR, quien hizo las veces de moderador y asumió el papel de los periodistas invitados, a los que no se permitieron preguntas, no se preocupó de las que se consideran las más graves amenazas que se ciernen sobre este proceso y la legitimidad de los resultados electorales.
Decidió irse por las ramas, tomando el camino de los fuegos artificiales, como parte de la distracción a la que se ha acostumbrado a los dominicanos, para que miren hacia otro lado y no donde están los verdaderos problemas y sus responsables.
En ese almuerzo de la Cámara Americana se puso de manifiesto, nuevamente, la vieja práctica de los grupos empresariales de mirar la paja en al ojo ajeno, muy preocupados por la transparencia de los políticos, pero manteniendo en la opacidad las prácticas por las que también deberían dar cuenta al país, porque al igual que los partidos, reciben su buena tajada de los dineros públicos, a través de las multimillonarias exenciones fiscales ,entre otras facilidades tributarias, por las que nunca ofrecen explicaciones.
Por ello han asumido un protagonismo en el actual proceso electoral, organizando debates bien direccionados entre candidatos, excluyendo de los mismos los temas relacionados con los verdaderos problemas nacionales y los cuestionamientos que podrían desnudar el origen de inversiones y garantizar la permanencia de privilegios que frenan la competencia en sectores productivos del país.
Hay que esperar que en un próximo almuerzo, el papel de las preguntas del señor William Malamud sea más extenso y el bolígrafo tenga suficiente tinta para elaborar las preguntas, o se le permita a periodistas sin compromisos, hacer el trabajo que también han usurpado los empresarios.
Porque como dice el viejo refrán: “No hay peor ciego que quien no quiere ver”.