El discreto sepelio de una mujer grande: Doña Mery Pérez Marranzini

En una discreta ceremonia fueron sepultados los restos de doña Mery Pérez de Marranzini, una de las personalidades más respetadas del país por su inmensa obra de bien.
El acto del sepelio se realizó en el Cementerio Puerta del Cielo,en la que su hijo, Celso Marranzini, ofreció las palabras de gratitud en el que ponderó el compromiso y amor de su madre en especial con las personas con discapacidad a través del Centro de Rehabilitación.
«Ella vivió para servir, y murió rodeada del amor de su gente», dijo con emoción.
La misa de cuerpo presente fue oficiada por el padre Eulogio, quien pidió paz para su alma y fortaleza para sus deudos, al tiempo que recordó su fe cristiana, su humildad y su entrega sin condiciones al bienestar de los demás.
Numerosas personas depositaron flores y palabras escritas junto a su tumba, mientras otros, siguiendo su voluntad, anunciaron donaciones a la Asociación Dominicana de Rehabilitación, como testimonio de continuidad a su legado.
María Altagracia Pérez Pintado de Marranzini nació el 20 de septiembre de 1926. En 1959, motivada por la enfermedad de su hijo Celso Marranzini, afectado por la polio, fundó la Asociación Dominicana de Rehabilitación con el propósito de brindar atención a quienes no tenían acceso a tratamientos para enfrentar las secuelas de esa y otras discapacidades.