El FMI publica sus proyecciones economía América Latina para 2024

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado sus proyecciones económicas regionales.

Indica que tras un fuerte repunte después de la pandemia y la continua resiliencia a comienzos de este año, proyectamos que el crecimiento económico en América Latina y el Caribe se debilite de 4,1% en 2022 a 2,3% en 2023 y que ronde esta cifra en 2024.

Prevemos que la inflación general disminuya de 7,8% en 2022 a 5% en 2023 y luego a 3,6% en 2024 en América Latina y el Caribe (excluidas Argentina  y Venezuela.

Los riesgos para las perspectivas regionales incluyen los siguientes:  Menor crecimiento en socios comerciales de importancia clave  Precios volátiles de las materias primas  Shocks relacionados con el clima.

  • Gracias a una mejor gestión macroeconómica, la región puede centrarse en la tarea de promover el crecimiento abordando problemas de larga data, como la baja productividad, los bajos niveles de inversión y las rigideces en el mercado laboral.
  • El cambiante entorno mundial también presenta nuevos retos y oportunidades, como el cambio climático y la irrupción de nuevas tecnologías digitales. Preservar la cohesión social debe ser un aspecto central de todo plan de políticas, y para eso será necesario reforzar los mecanismos de protección social y afrontar el problema de la inseguridad.

Tras una recuperación más vigorosa de lo esperado después de la pandemia y la continuidad de la resiliencia a comienzos de 2023, el crecimiento económico en América Latina y el Caribe está desacelerándose a medida que las políticas más restrictivas para combatir la inflación surten efecto y se debilita el entorno externo.

El oportuno y rápido endurecimiento monetario en la región desde 2021, sumado al repliegue de la mayor parte del estímulo fiscal relacionado con la pandemia y la reversión de las presiones de los precios externos, ha ayudado a colocar la inflación en una trayectoria descendente.

Conforme las presiones de los precios se tornan menos generalizadas, la inflación subyacente también ha empezado a ceder, aunque se mantiene elevada, en un contexto de dinamismo de los mercados laborales y brechas del producto positivas en algunos países.

Los sistemas bancarios navegaron favorablemente la subida de las tasas de interés y en general son saludables, pero el crédito al sector privado se está desacelerando, en medio de condiciones de oferta más restrictivas y una demanda más débil.

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