El presidente admitiendo los fracasos del gobierno

Por Guillermo Tejeda
(Director Resumen Final Digital)
El propio presidente Luis Abinader ha tenido que admitir, que a casi cinco años de gobierno, los apagones se han intensificado, con las Edes convertidas en lo que define como un “dolor de cabeza” y que la frontera sigue siendo la misma a pesar de la construcción de un muro por el que extrañamente se “elevan” las reses robadas a los ganaderos de Dajabón y Elías Piña.
Y otra admisión no menos grave es la que ha obligado al mandatario a lanzar el programa “El Gobierno Contigo”, que inició por los depauperados barrios de Santo Domingo Norte.
Esto para tratar de conectar a sus funcionarios con los problemas de una población que se siente huérfana, cuyos lamentos no son escuchados por los asalariados del Estado que se han alejado de la gente.
Ya lo había advertido uno de los principales funcionarios del gobierno, el de Aduanas, Yayo Lovatón, quien proclamó hace meses que había llegado el momento de tomarle el teléfono a la gente, comenzando con los militantes de su partido a los que también se les cerraron las vías para exponer sus quejas.
El presidente Abinader, al referirse al sector eléctrico en su Semanal del lunes 10 de febrero, admite los problemas financieros de las Edes, pero no así la tabla de salvación de su gobierno para poder mantener a flote el sistema, que han sido las desacreditadas plantas de Punta Catalina.
De nada ha valido poner todos los huevos de la electricidad en las manos del empresario Celso Marranzini, quien ha hablado mucho, pero resuelto nada.
Todos hemos sido testigo de los reiterados pronunciamientos del presidente Abinader sobre la frontera y su “blindaje” con el envío de miles de soldados.
Esto conjuntamente con la construcción de la verja fronteriza, un barril sin fondo cuya profundidad financiera desconoce el país, bajo el argumento de que se trata de un proyecto de “seguridad nacional”.
En su misma intervención en La Semanal anunció una extensión del muro por la zona de Dajabón, al no poder con la infraestructura ejecutada y los cientos de militares desplegados en la zona, garantizar la seguridad de los residentes y sus propiedades.
Reaccionó el jefe de Estado frente a una protesta realizada ese mismo día en Dajabón, por el robo a gran escala de ganado lo que desbordó la paciencia de los ganaderos que han visto desaparecer sus reses que casi siempre terminan en territorio haitiano.
Se ignora cómo tanto ganado puede atravesar el muro y burlar la seguridad de los militares que forman parte del “blindaje” de la frontera que ha sido tradicionalmente una especie de mina de oro que engorda los bolsillos de las mafias que operan sin dificultades porque entre sus socios figuran quienes tienen el deber y la responsabilidad de garantizar la integridad de nuestro territorio.
El muro sigue siendo una ficción, porque quienes están para resguardar la frontera son los mismos que promueven el desorden, imperando la cultura del soborno y el contrabando de todo, con énfasis en el tráfico de haitianos, drogas y armas que van a parar ahora a las manos de las bandas haitianas.
Lamentable que el presidente Abinader tenga que admitir, directa o indirectamente, el fracaso de muchos esfuerzos, como lo acaba de hacer con los temas de la energía eléctrica que sigue escasa y cara, la actitud medalaganaria de sus funcionarios que se han desconectado de la población y los robos y delincuencia en una frontera que ha consumido millones del presupuesto con espectaculares despliegues militares y un muro que no detiene ni las reses de los quebrados ganaderos fronterizos.