Entre abucheos y aplausos reaparecen en Reino Unido Meghan Markle y el príncipe Harry

Luego de que acudiesen a principios del verano a los festejos por el Jubileo de Platino de la reina Isabel II, Meghan Markle y el príncipe Harry no habían vuelto a pisar el suelo de Reino Unido. Y su reaparición este lunes en Manchester, en el marco del One Young World 2022, ha sido un éxito total.
El matrimonio llegó a Inglaterra hace varios días. El fin de semana lo pasaron en Windsor, en la casa de Frogmore Cottage, a apenas 100 metros de Adelaide Cottage, la nueva residencia de Guillermo y Kate Middleton, con quienes no se ha tenido noticia de un encuentro. La frialdad entre los hermanos es evidente, y ni siquiera su breve encuentro en el Jubileo de Isabel II el pasado junio logró acercarles, ni en público ni en privado.

La pareja llegó a Londres en un vuelo regular, tal y como han contado los medios británicos, que han seguido sus pasos detenidamente. Este lunes 5 de septiembre era su día grande, cuando se desplazaron en tren hasta Mánchester, donde Markle impartió una charla sobre liderazgo ante 2.000 jóvenes, y regresaron poco después a la capital. Este martes han viajado a Alemania para la presentación de los Juegos Invictus —una competición deportiva para veteranos y heridos de guerra creada por Enrique de Inglaterra—, que en su edición de 2023 se celebrarán en Dusseldorf. El jueves la pareja acudirá a la entrega de premios de la fundación WellChild Awards, que reconoce a jóvenes británicos que, pese a sufrir enfermedades o problemas de movilidad, han conseguido logros de calibre.
Es decir, los duques de Sussex están llevando a cabo lo que en otra ocasión tendría todas las trazas de acto oficial o incluso de pequeña gira si aún fueran miembros de la familia real, solo que ahora lo hacen como miembros de la sociedad civil. O al menos de forma oficial. Si bien es cierto que ya no son parte de la familia real británica ni tienen tratamiento de Sus Altezas Reales, no dejan de ser duques y, en el caso de Enrique, nieto de Isabel II. Algo que les proporciona un estatus y una atención mediática constante.
A su entrada al Bridgewater Hall de Mánchester, los duques fueron abucheados por un puñado de asistentes (que les gritaban “falsos royals”) y aclamados por algunos otros, han informado los medios británicos. Fue Markle quien habló ante los 2.000 congregados en el One Young World Summit. Ante la audiencia, la duquesa se definió a sí misma como “la chica de Suits” (la serie de televisión sobre abogados donde actuaba y que la catapultó a la fama), y también habló de cómo ha cambiado su vida en estos años desde que se hizo pública su relación con Enrique de Inglaterra. Charló acerca de la igualdad de género, de la importancia y el cambio vital que supuso haberse convertido en madre —primero de Archie, en mayo de 2019; después de Lilibet, en junio de 2021— y de su orgullo de serlo; y de su experiencia como duquesa. Habló, sobre todo, de ella: como ha recopilado el tabloide Daily Mail, en los siete minutos de charla llegó a hacer hasta 54 referencias a sí misma de forma directa, con palabras como “yo”, “mi” o “me”.
Vestida con un pantalón y una blusa roja, firmadas ambas por Valentino, Markle era observada desde el público por su marido. El hijo pequeño de Carlos de Inglaterra y Diana de Gales acudió como un mero espectador para apoyar a su esposa en esta charla, evitando ser el protagonista y dar el que hubiera sido su primer discurso como exmiembro de la familia real.
Aunque los Sussex tienen una casa en Windsor (donde ahora vive Eugenia de York, hija del príncipe Andrés y prima de Enrique), junto al castillo de Isabel II, la reina ahora no está allí, sino en Balmoral. Una soberana que no pasa por su mejor momento de salud —desde palacio se habla de “problemas de movilidad”—, tanto que ha decidido recibir a la flamante primera ministra, Liz Truss, en Escocia, en vez de en Buckingham, por primera vez en 70 años. No está confirmado que su nieto viaje a verla (la última vez fue en junio, por el Jubileo). Pero, si acude, lo más probable es que ni siquiera haya imágenes de ese encuentro.