Frío histórico amenaza con arruinar navidades Estados Unidos

Estados Unidos sigue bajo los efectos de la denominada «bomba ciclónica» lo que amenaza las celebraciones navideñas por la ola de frío histórico en gran parte de su territorio lo que ha provocado cierres de carreteras, largos apagones y la cancelación de miles de vuelos.

El impacto del frío ártico afecta a la mayoría del país: unos 200 millones de personas, casi dos tercios de la población de Estados Unidos amanecieron ayer bajo alertas de sensación térmica extrema. La situación se extendía desde la punta noroeste del país, en el estado de Washington, hasta estados del sur como Texas y el sureste, con las condiciones más extremas en la región de los Grandes Lagos y del Medio Oeste.

Las únicas regiones que se salvaban del frío eran el suroeste -como California, el estado más poblado del país, Nuevo México o Nevada-, Florida y la punta noreste. Se esperaba, sin embargo, que la ola polar se empezara a sentir desde la tarde de ayer con fuerza también en esta última.

La ola de frío que sacude a gran parte de Estados Unidos amenaza con estropear de nuevo las fiestas de navidad.

El fenómeno que sufre EE.UU. este fin de semana navideño es una ciclogénesis explosiva o bomba ciclónica, una caída extremada de la presión que empuja de forma muy rápida, en este caso, temperaturas frías y fuertes vientos, que intensifican la sensación térmica.

En algunas regiones de EE.UU. el frío era ayer extremo. En Dakota del Norte, cerca de Canadá, desde donde llegaba la corriente de frío polar, se registraron casi 40 grados bajo cero. Pero muy lejos de allí, como en Nasville (Tennessee), se registraban temperaturas impropias para esas zonas: la ciudad alcanzaba los -18 grados, la más baja en casi tres décadas.

El sur de EE.UU., acostumbrado a inviernos templados, no se ha escapado del frío polar. En Texas hay preocupación de que provoque una caída generalizada del suministro eléctrico como la de febrero de 2021, que causó la muerte de más de doscientas personas. Una preocupación es la situación de miles de inmigrantes indocumentados que han cruzado o están a punto de cruzar la frontera en ciudades como El Paso, desbordada por los cruces fronterizos de los últimos días. Allí se han registrado temperaturas de hasta -3 grados y muchos inmigrantes están sin refugio. La ciudad ha acondicionado edificios para pasar la ola de frío, pero solo puede admitir a aquellos que han sido registrados por la policía de fronteras.

La previsión meteorológica apuntaba a que al menos 44 de los 50 estados del país experimentaran temperaturas por debajo de la media para estas fechas durante el fin de semana. «Hay que tomarse esta tormenta en serio», advirtió el jueves Joe Biden que pidió a los estadounidenses que, si necesitaban viajar, lo hicieran antes del viernes.

Uno de los mayores impactos fue el del transporte, en unas fechas en las que millones de estadounidenses recorren el país para pasar la Navidad con sus familias. Hasta el mediodía de ayer, ya se habían cancelado más de 9.000 vuelos, después de que el jueves se cancelaran 11.000, y se esperaban que fueron muchos más durante el resto del día y de la jornada de hoy.

Algunos de los aeropuertos más afectados fueron los de Seattle (donde la congelación de las pistas de aterrizaje provocó la cancelación de todos los vuelos) y de ciudades del Medio Oeste como Chicago, Detroit, Cleveland o Búfalo.

«El problema son estas temperaturas glaciales», dijo el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, sobre la situación en los aeropuertos, que empeoraba con el paso del día. «Eso limita la capacidad de los operarios».

En las carreteras, la situación fue también caótica en varias regiones del país. En Kentucky, al menos tres personas habían fallecido en accidentes de tráfico provocados por las congelaciones, y también se habían registrado víctimas en Kansas y en Oklahoma. En zonas muy afectadas, como el condado de Erie, en el norte del estado de Nueva York, sobre el lago que le da nombre, las autoridades habían prohibido el uso de vehículos a particulares.

Ese lago, como también el de Ontario, sufrían amenazas de inundaciones y se esperaban olas de hasta diez metros. En otra parte de Nueva York, donde las autoridades han declarado el estado de emergencia, la crecida del mar también amenazaba a zonas bajas del condado de Nassau, en Long Island.

En todo el país, se repetían las recomendaciones de no salir de casa excepto para traslados necesarios. Pero esa no era la solución para muchos: el impacto de la ola había dejado sin suministro eléctrico a 1,5 millones de personas en todo el país. Los estados más afectados por los cortes eran Carolina del Norte, Virginia, Tennessee, Nueva York y Connecticut. La tormenta también ha obligado a limitar la producción de combustible en al menos seis refinerías de Estados Unidos.

Otra víctima del frío polar será Santa Claus. Varias compañías de mensajería advirtieron ayer de que las condiciones meteorológicas habían impactado en sus servicios de reparto y que muchos paquetes no llegarían a su destino antes de lo esperado: es decir, antes de la mañana de Navidad.

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