Genios de la banca venezolana fracasan en República Dominicana
Por Guillermo Tejeda
(Director Resumen Final Digital)
Por lo visto, los banqueros venezolanos que vienen con sus aventuras financieras a la República Dominicana no tienen suerte o se aprovechan de la «ingenuidad» de nuestras autoridades que suelen ser muy obsequiosas con los «inversionistas extranjeros» que desembarcan aquí con más promesas que dinero y terminan protagonizando escándalos de «cuello blanco».
Primero fueron los del Banco Peravia, que quebraron de mala manera, con operaciones que las autoridades no profundizaron, a pesar de los rastros de las sustancias y los cargamentos de dólares que se transportaban en un avión de los ejecutivos de esa institución financiera.
Sobre los prófugos Gabriel Arturo Jiménez Aray y José Luis Santoro solo se ha sabido lo que han divulgado algunos medios internacionales, mientras que desde República Dominicana las autoridades han sepultado este caso junto con los reclamos de muchos ahorrantes e inversionistas locales sorprendidos por los genios financieros venezolanos.
A pesar de los «controles extremos» sobre la banca nacional que enarbolan las autoridades, el 80 por ciento de las operaciones del Banco Peravia eran fraudulentas, pero nadie dijo nada hasta que no estalló el escándalo que ha dejado en la miseria a gente que trabajó durante toda su vida y vio esfumar sus ahorros que disfrutaron los ejecutivos venezolanos y dominicanos de la quebrada institución bancaria.
Ahora las «destrezas financieras» de los banqueros venezolanos vuelve a colocarse sobre la lupa de la opinión pública, al anunciarse la «salida del sistema» del Banco Activa Dominicana, que tiene entre sus principales ejecutivos y accionistas a sudamericanos que vienen precedidos de escándalos que no se tomaron en cuenta en la República Dominicana a la hora de abrirles las compuertas para incursionar en el delicado y exigente sector bancario.
Solamente hay que auxiliarse del amigo Google, para conocer lo que se dice en Venezuela de quien fue el presidente del Banco Activo y luego pasó a ser uno de sus principales accionistas.
Nos referimos a
La Superintendencia de Bancos, que ha tratado de manera sutil esta quiebra maquillada del Banco Activo, solo ha dicho que se ha acogido al retiro voluntario del sistema financiero dominicano, sin entrar en detalles a pesar de que esa institución tenía un historial de pérdidas en crecimiento que limitó las capacidades de hacer crecer su patrimonio y la volvió cada vez más dependiente de las inyecciones de capital de sus accionistas para enfrentar las deudas.
Al 27 de junio de este año, los activos de ese banco eran de 2,130.8 millones de pesos, con una participación de mercado de 0.07 %, lo que lo colocaba en el puesto 34 de 45 entidades del sistema financiero dominicano.
Contaba con cuatro sucursales y 137 empleados.
Pero al 31 de diciembre del 2022, el patrimonio neto de Banco Activo se situaba en 110.7 millones de pesos, 72.1 millones menos que los 182.8 millones con los que inició operaciones en el 2016 en la República Dominicana.
Tienen suerte estos banqueros venezolanos con el trato que reciben de las autoridades reguladoras dominicanas, que siguen buscando en la sábana la cura para una enfermedad que contamina y contagia a todo el sistema, aunque se quiera hacer ver lo contrario.
Hay que ver en que otras actividades estaban participando los ejecutivos y accionistas de este banco, que ha tenido que salirse del lucrativo negocio financiero…Los días por venir se encargarán de develar lo que realmente ha ocurrido en el «El banco siempre está activo y se mueve contigo» como lo definía su presidente y luego accionista, el venezolano José Antonio Oliveros Febres-Cordero.