Hospital Salvador B. Gautier con serias limitaciones
El Hospital Salvador B. Gautier, uno de los más importantes centros asistenciales públicos, atraviesa por serias limitaciones, agobiado por las deudas que se reflejan en los servicios que debe brindar a la población que acude al centro proveniente de sectores marginados.
Hasta para realizar pruebas de sangre tiene dificultad ese hospital estatal, porque no hay reactivos en su laboratorio.
A confesión del propio centro hospitalario, este viernes 25, no se estaban realizando pruebas tan comunes como urea y creatinina o más especializadas como T4 y PSA para detectar cáncer de próstata.
El doctor Miguel Ángel Geraldino, admitió las precariedades en el laboratorio del hospital, argumentando que se ha convertido en un barril sin fondo”.
El galeno, que tomó la dirección del hospital el pasado 7 de enero, dice que hay pagos autorizados a suplidores de hace tres y cuatro semanas, pero que son deudas viejas que encontró hasta con un año de antigüedad.
Puso el ejemplo de una empresa a la que se le adeuda un millón de pesos con la cual acordaron saldar la deuda en tres pagos. “¿Qué resulta? Cuando se busca el expediente, no hay órdenes de compra. Yo no lo puedo firmar porque yo no estaba ahí cuando ese rebú”, comentó Geraldino.
Citó otro caso de un suplidor con una deuda de 8.5 millones de pesos al que le abonó 600 mil pesos en un pago y casi 400 mil pesos en otro. Reconoce que, frente a la totalidad, la cifra pagada es baja y cuestiona por qué los suplidores siguieron suministrando insumos con todos los pagos atrasados que tenía la antigua gestión del hospital.
“Tú no me das factura y sin una orden, yo creo que eso es malo. Eso no está bien, entonces la contraloría ¿qué hace?, lo rebota”, comentó.
El anestesiólogo dice que solo de oxígeno encontró una deuda de 12 millones de pesos, dinero que se está pagando poco a poco.
Otro de los obstáculos que encontró la nueva gestión fue facturas con precios sobrevalorados.
Asegura que antes de su ingreso, los auditores existían, pero “estaban prácticamente decorativos, pero también la auditoria interna fue abolida aquí”.
“La gente seguro dice: ¡pero antes había de todo! ¡Pero no pagaban! ¿La deuda a quién se le va a pegar? ¿A quién se le está pegando? Nosotros la asumimos, no nos engañemos. Yo sé que tenemos que resolver”, admitió el director.