Kiko La Quema ignora advertencia presidencial y sigue prófugo

La advertencia del presidente Luis Abinader al narcotraficante Kiko La Quema para que se entregue no ha surtido efecto y el hombre continúa prófugo, burlando la persecución de decenas de agentes policiales que han dado de baja a varios de sus socios, mientras que otros integrantes de su red decidieron entregarse a las autoridades.
Desde hace nueve dias que se inició una feroz persecución contra José Antonio Figuereo Bautista, el verdadero nombre de Kiko La Quema, quien había paseado sus actividades delictivas por años en San Cristóbal sin ser molestado por quienes hoy se ven obligados a perseguirle.
La tensión ha ibo bajando en Cambita Garabitos, donde tenía su centro de operación el distribuidor de drogas que tenía como chofer a un teniente coronel retirado de la Policía, que estando activo también le daba apoyo logístico.
Sin embargo, la docencia se está impartiendo de manera virtual en esa comunidad para prevenir daños colaterales si se produce un enfrentamiento entre las fuerzas del orden y los miembros de la red de Kiko La Quema.
Los retenes se mantienen en toda la periferia, mientras se ha intensificado la búsqueda en la zona urbana, específicamente en el entorno de la comunidad La Toma, de Cambita, y El Cajón; allí están Cambita Garabitos, Cambita Sterling y El Pueblecito.
Sin embargo, no han descuidado la persecución del presunto narcotraficante en la montaña de Mucha Agua, y todo Humachón, donde llega personal uniformado en una variedad de vehículos.
Estos operativos se han extendido a la loma de Los Cacaos y, posiblemente, a Ocoa.
Se ha establecido que Kiko La Quema contaba para realizar sus actividades con la protección de altos oficiales de la Policía de puesto en la comandancia de San Cristóbal y en la dirección regional en Baní.
Varios agentes policiales que se comprobó que le servían al narcotraficante han sido cancelados, al escucharse conversaciones telefónicas haciendo gestiones para Kiko La Quema.
Se menciona a un general activo de la Policía quien le daba protección al peligroso delincuente que ha preferido desafiar la exhortación presidencial y no entregarse a las autoridades para responder por una serie de asesinatos, entre ellos agentes del orden, y otros delitos que se le atribuyen