La Isla de las Corrupciones y los españoles privilegiados en RD

Por Guillermo Tejeda
(Director Resumen Final Digital)
Mucha gente ha reaccionado sorprendida de que la República Dominicana haya quedado atrapada en el enfrentamiento político que se registra en España, que tiene como protagonista a los Partidos Popular y el PSOE, pero ignoran que el gobierno del presidente Luis Abinader ha dado pie al controversial video calificándonos como «La Isla de las Corrupciones».
Para poner en contexto todo esto, tenemos que remitirnos al albergue privilegiado que le ha otorgado el gobierno a personeros españoles envueltos en graves escándalos en ese país ibérico, algunos tan encumbrados que fungen como asesores al más alto nivel.
Las autoridades dominicanas también han ido ignorando las millonarias inversiones realizadas por «empresarios» y políticos españoles en la República Dominicana, con dineros que se dice en Madrid que son el fruto de la corrupción, como el denominado Caso Koldo.

Ninguno de los que he visto «sorprendidos» por el video de la «Isla de las Corrupciones» se ha preguntado que hace el ex ministro de Defensa y ex presidente del Congreso de los Diputados, José Bono en la República Dominicana y por qué asentó residencia por estos lares, involucrándose incluso en la política vernácula a favor del partido de gobierno que le ha garantizado refugio.
Entre otras cosas, Bono, nacionalizado dominicano por naturalización asumió los trabajos de asesoría dentro del programa de transformación de la Policía Nacional. También trajo para asesorar al gobierno a Alberto Muiños.
Otros políticos españoles del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) también se han enganchado como «asesores» del gobierno y se les ve en el Palacio Nacional, recibiendo privilegios para desarrollar proyectos energéticos con los que hacen negocios con la propia administración.
En el país se ha entronizado una cultura de «mirar y dejar pasar», para luego escandalizarnos por las consecuencias, como ha reaccionado la Cancillería dominicana ante el material satírico, vinculándonos indirectamente a los escándalos que sacuden a los políticos españoles.
Es un agravio que han cultivado las propias autoridades dominicanas, que han minimizado los escándalos de las mascarillas durante la pandemia del Covid, que según medios españoles, parte de los fondos habrían sido transferidos a República Dominicana a través de Pronalab, un laboratorio con sede en Santo Domingo.
Sin embargo, el Gobierno dominicano aclaró que cualquier vinculación del país con esta trama es una distorsión malintencionada de la realidad.
Esa instrumentalización de la imagen de la República Dominicana la ha provocado el gobierno al darle cabida en el Palacio Nacional a personeros españoles que no pueden dar la cara en las calles de Madrid sin ser interpelados.
No son juegos políticos internos en España, como alega la cancillería dominicana. Se corresponden con una realidad alimentada por la impunidad y el trato altamente privilegiado recibido por políticos españoles que pasean su lastre por los pasillos palaciegos, exhibiendo una honorabilidad que le cuestionan en su nación.
Como dice el viejo adagio popular «de aquellos polvos vinieron esos lodos». Nuestro propio gobierno ha ensuciado la imagen de la República Dominicana importando los escándalos que arrastran sus asesores, que a su vez le han abierto el camino a otros personeros de la Madre Patria para que escondan en el país lo que se le atribuye haber acumulado en escandalosas operaciones financieras.