La literatura de luto por muerte Antonio Gala

Uno de los autores más leídos

Antonio Gala, fallecido este domingo a los 92 años, fue uno de los autores en español más leídos y reconocidos tanto dentro como fuera de España, un escritor, dramaturgo, poeta y ensayista de personalidad compleja, gran elegancia y vastísima cultura.

Nacido en la localidad de Brazatortas (Ciudad Real) el 2 de octubre de 1930, Ángel Custodio Gala y Velasco siempre se consideró de Córdoba – donde hoy murió- de adopción, al haber vivido gran parte de su vida en esa ciudad del sur de España, que además tuvo un gran peso en su obra.

Hijo de médico, Luis Gala Calvo, y de Adoración Velasco, fue un niño precoz. Contaba él que con solo cuatro años escribió su primer relato; con cinco, su primera pieza teatral y a los 14 años ofreció su primera conferencia en el Círculo de la Amistad de Córdoba.

Se licenció en Derecho y en Filosofía y Letras primero y, después, estudió Ciencias Políticas y Económicas. A aquella etapa universitaria pertenecen sus primeros poemas, que publicó en revistas. Y junto a amigos como los también poetas españoles Gloria Fuertes y Julio Mariscal, fundó las revistas “Aljibe” y “Arquero de Poesía”

Su obra poética, iniciada con “Enemigo íntimo” (1959), reconocido con el Premio Adonais de Poesía, continúa con “Sonetos de la Zubia” (1981) “Poemas cordobeses” (1994), “Poemas de amor” (1997), “Testamento andaluz” (1998) y “El poema de Tobías desangelado” (2005), al que el propio autor consideraba su “testamento literario”.

Vivió un año en Florencia, donde dirigió la galería La Borghese y, de vuelta a España, inició su fructífera carrera teatral con “Los verdes campos del edén” (1963), que fue Premio Nacional de Teatro “Calderón de la Barca”, a la que siguieron “Los buenos días perdidos”, que ganó el Premio Nacional de Literatura 1972, “Anillos para una dama” (1973), “¿Por qué corres Ulises?” (1975), “Petra Regalada” (1980), “Samarkanda” (1985), “Carmen, Carmen” (1988) y “La truhana” (1992).

En 1990 publicó su primera novela, “El manuscrito carmesí”, con la que ganó el Planeta. Tras ella, publicó “La pasión turca” (1993) y “Más allá del jardín” (1995), ambas llevadas al cine, “La regla de tres” (1996); “Las afueras de Dios” (1999); “El pedestal de las estatuas” (2007) o “Los papeles de agua” (2009).

El manuscrito carmesí (1990). Fue su primera novela, con la que ganó el Premio Planeta. La ficción histórica reconstruye la vida de Boabdil, el último rey nazarí de Granada. La luminosidad de los recuerdos de infancia del protagonista palidece cuando la responsabilidad del fin de su reino cae sobre sus hombros. Gala muestra en su narración su simpatía hacia el sultán, al que considera un trato injusto por parte de la historiografía oficial.

  • La pasión turca (1994). Otro de su títulos más célebres, una amarga meditación sobre el amor, llevada hasta sus últimas consecuencias en medio de un clima muy patético, hasta la destrucción física y moral, que Gala describe con la fuerza irresistible de su estilo. La novela tuvo una exitosa versión cinematográfica dirigida por Vicente Aranda y protagonizada por Ana Belén.
  • Más allá del jardín (1995). Gala aseguró durante la presentación de esta novela que se trata de “una invitación a todas las mujeres a transgredir. Está dirigido a quienes viven instalados en la felicidad doméstica del matrimonio y se atienen a la moral burguesa”. La protagonista, una aristócrata sevillana llamada Palmira, tiene que enfrentarse a un inesperado amor carnal y cautivador que resquebraja su apacible mundo. Este libro también fue adaptado al cine por Pedro Olea en una película protagonizada por Concha Velasco, también intérprete del mejor teatro de Gala.
  • Charlas con Troylo (1981). Como columnista, Gala trabajó en diarios como Ciudad, Sábado gráfico, noticias españolas, El país y El mundo. Fue en la columna de este último periódico que anunció en 2011 que tenía cáncer. Varias de sus series de artículos se han publicado posteriormente en forma de libro, como Charlas con Troylo donde recogía sus comentarios sobre la vida española de aquellos años, los de la Transición, publicados en El país semanal en forma de charlas o monólogos con su perro Troylo.

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