Las dos varas de la Procuraduría para interrogar casos corrupción.

Por Williams Tell B.
La Procuraduría General de la República sigue utilizando dos varas para los interrogatorios que realiza sobre alegados casos de corrupción. Por un lado está la fanfarria para algunos y el absoluto hermetismo para otros que envuelven a determinados ex funcionarios y empresarios que han sido beneficiados con las irregularidades que se investigan.
Aunque desde el año pasado está «dando viajes» a la Procuraduría Anti-Corrupción, poco se sabe sobre los interrogatorios al ex Ministro de Hacienda, Donald Guerrero.

Sus vinculaciones empresariales estarían incidiendo en este caso, por el que han intervenido importantes figuras del Conep que también quiere proteger de la exposición pública a otras prominentes figuras del sector privado comprometidas con los actos de corrupción investigados.
El Ministerio Público, con mucha inclinación por lo mediático, en el caso de Donald Guerrero y los encartados en esa investigación se han manejado con gran hermetismo. Contrario a las múltiples operaciones lanzadas por la PEPCA, el de Donald Guerrero es un expediente de manejo exclusivo de la Procuradora Miriam Germán Brito, según explicó en comunicado la PGR el año pasado.
Se ha pretendido desde el año pasado, cuando comenzaron a requerir a Guerrero, que sus «visitas» a la Feriua pasen desapercibidas, acotejándole los horarios de los interrogatorios en momentos en que la sede de la Procuraduría está prácticamente desierta y los medios se han retirado .
El magistrado Wilson Camacho, tan locuaz con otros casos judiciales, parece una tumba con lo tratado con Donald Guerrero y otros empresarios ligados, no sólo al expediente Anti-Pulpo, sino con manejos y el tráfico de influencia para pagar deuda pública.
Esta situación ha dado paso a las especulaciones sobre el accionar de empresarios corruptores, que se han mantenido muy distante del reflector de los medios de comunicación, pero muy cerca del PEPCA, que los ha protegido y sobre los que no quieren hablar.

Los fines de semana se han tomado para interrogar a Donald Guerrero, que lleva una docena de visitas a la Procuraduría en todo el trayecto de la investigación de pagos en el período de transición a empresas que se vinculan con Alexis Medina Sánchez.
Mientras tanto, hay circo para unos y ceremoniales para otros aunque todos con el común denominador de las acusaciones de corrupción. La diferencia también es que para los protegidos por sus vinculaciones estrechas e intereses con los gremios empresariales, no aplican las solicitudes de coerción para mandarlos por 18 meses para Najayo, porque negocian la devolución de lo que se llevaron y están bendecidos por los «padrinos» que llevaron las «actas de los bautizos» a la propia sede de la Procuraduría General de la República.