Las turbulencias del Acuerdo de Cielos Abiertos entre EU y RD
Por Guillermo Tejeda
(Director Resumen Final Digital)
El gobierno del presidente Luis Abinader acaba de suscribir el tan cacareado acuerdo de “cielos abiertos” con Estados Unidos, que se ha vendido como la solución de los altos precios de los pasajes que impide que muchos dominicanos residentes en el exterior y turistas extranjeros visiten la República Dominicana.
Un convenio que para precipitarlo, se llevó de paro la legislación de Aviación Civil, en una serie de sesiones y “estudios” al vapor a los que nos tienen acostumbrados desde el Congreso Nacional, que ha perdido a través de los años su papel fiscalizador de las acciones gubernamentales. Modificar la ley para acomodarlas a intereses foráneos, apenas se llevó mes y medio, ante las presiones abiertas de una comisión de la Federación de Aviación Civil de los Estados Unidos que visitó la República Dominicana en septiembre del 2023.
Esto precedido de un decreto, el 172-24, mediante el cual se declaraba de “alta prioridad nacional” la actualización continua del marco legal y normativo que regula la aviación civil en el país, con el objetivo de modificar la ley de Aviación Civil 491-06. Todo se hizo como dice el adagio popular, “friendo y comiendo”, porque había que acotejarle la cama a Estados Unidos para que diera el visto bueno a una negociación que se venía forzando.
Esto se materializó este viernes 2 de agosto, con un acto en el Palacio Nacional, al que asistieron funcionarios estadounidenses, algunos empresarios del ramo y el presidente Abinader, promotor de esa iniciativa, como testigo del acuerdo de “cielos abiertos” que contiene la nubosidad del secretismo las negociaciones en las que se marginaron a sectores claves y no se tomó en consideración las objeciones que hacían las empresas tradicionales de la aviación civil en el país.
La negativa a revelar cuestiones intrínsicas de ese acuerdo, se pusieron de manifiesto en medio de la ceremonia en la que estaba el subsecretario de Estado para el Crecimiento Económico, Energía y Medio Ambiente, José W. Fernández, al no permitirle preguntas a los periodistas invitados a la actividad.
Un acuerdo del que no se ha podido ocultar el objetivo principal, que es el de privilegiar a una naciente aerolínea con intereses anclados en el gobierno, pero con capital mayoritariamente norteamericano, a la que se le busca abrir el espacio para sus operaciones en rutas hacia Estados Unidos.
La Asociación de Pilotos ha hecho una serie de advertencias sobre el impacto de este convenio en el sector aeronático dominicano.
“Con los tratados de Cielos Abiertos, los estados optan por eliminar algunos de esos controles comerciales, a cambio de más apertura a otros mercados, pero a costo del proteccionismo de sus propias empresas. Eso significa que cuando usted abre el mercado aéreo al disminuir estas protecciones, usted está a la vez exponiendo sus empresas aéreas nacionales a mayor competencia”, alertó el experto y Capitán Piloto Francisco J. Díaz.
“En conclusión, estamos ante un tratado poco entendido en nuestro país, el cual no ha tenido el nivel de consenso dentro de las organizaciones de la sociedad civil que serán más impactadas por dicho acuerdo. Donde se nos ha vendido una idea que nadie ha verificado económicamente, y donde se busca beneficiar a una empresa por encima de todas, aun cuando esa empresa siendo de capital extranjero pudiera simplemente recoger y marcharse del país si no les va bien. En el pasado hemos llamado al consenso en este tema, pero ante la firma solo nos queda encomendarnos al Todopoderoso y decir “que Dios nos ayude”, indicó el presidente y fundador de la Asociación Dominicana de Aviación General (ADAG).
Pero el gobierno ha reiterado hasta la saciedad las bonanzas que traería ese acuerdo con Estados Unidos, destacando siempre la rebaja de los costosos pasajes en los viajes entre los dos países, cuando aquí no han podido las autoridades garantizar precios justos para la comida.
Sólo hay que recordar anteriores promesas oficiales, sobre rebajas en los precios de los artículos de primera necesidad, que se han quedado en el aire a pesar de contar con los mecanismos para que esto se convierta en realidad.
Sólo hay que esperar que en medio de la algarabía por la firma de este “Acuerdo de Cielos Abiertos”, no se produzca más temprano que tarde una turbulencia que provoque su desplome, cuando las aerolíneas norteamericanas absorban totalmente el mercado y sin competencia y una industria dominicana arruinada, fijen medalaganariamente las tarifas y viajar a Estados Unidos y viceversa, se convierta en un verdadero lujo.
Y es que en los “Cielos Abiertos” se observan negros nubarrones que se han ocultado en medio de la propaganda oficial y los intereses económicos que estan detrás de este acuerdo.