Los Tres Brazos convertido en tierra de nadie, 6 muertos en 2 días.
La situación de inseguridad que se registra en Los Tres Brazos, en Santo Domingo Este, ha trastornado las actividades cotidianas en ese populoso sector, donde el Ministerio de Educación ha recurrido a la virtualidad de la docencia, para evitar que los estudiantes sean víctimas de la ola de violencia.
Esta zona del Gran Santo Domingo, es otro vivo ejemplo del fracaso de las políticas de seguridad ciudadana que han implementado las autoridades.
Este jueves el alcalde Manuel Jiménez hizo un llamado a las autoridades policiales y militares para intervenir con urgencia el sector Presidente Caamaño (antiguo Los Tres Brazos), para llevar tranquilidad al lugar y controlar la situación que se vive en la actualidad por los conflictos entre bandas.
El ejecutivo municipal informó que ha estado al tanto de todo lo que allí ocurre, y que desde la institución se están ejecutando acciones para que el sector vuelva a la normalidad.
Jiménez dijo que al igual que el Ayuntamiento, la Mesa de Seguridad Ciudadana y las Juntas de Vecinos no han dado la espalda a la situación, pero que se hace necesario el apoyo que deben recibir de las autoridades institucionales y se pueda buscar una solución pacífica, tras señalar que es un sector muy vulnerable por el entorno en que se encuentra.
“Ya cuando hay situaciones como esta se necesita que los cuerpos especializados intervengan, de las Fuerzas Armadas, de la Armada, es decir, el sector (Los Tres Brazos) necesita ser intervenido en el ámbito de la seguridad de manera urgente”, indicó el ejecutivo municipal.
La muerte de dos hombres frente a un centro de diversión en el barrio Canta la Rana, del sector Los Tres Brazos, en Santo Domingo Este, desató enfrentamientos entre líderes de bandas en el lugar.
De acuerdo a informaciones de los vecinos, las balaceras han dejado un saldo de seis muertos en apenas dos días.
Los residentes se quejan de que las autoridades de la Policía Nacional han abandonado el sector a su suerte. Expresaron que “viven sin tranquilidad”, acostumbrados a las acciones delictivas y de criminalidad que afecta en el sector.