Mandan a prisión líder opositor pakistaní para frenar su avance

El ex primer ministro paquistaní Imran Khan despertó el domingo como recluso en una prisión de máxima seguridad después que un tribunal le impuso una condena de tres años por corrupción, un hecho que podría poner fin a su futuro en la política.

El tribunal dictaminó el sábado que Khan, héroe nacional del críquet, que fue destituido en una moción de censura en abril de 2022 pero sigue siendo la principal figura de la oposición del país, había ocultado activos tras vender regalos del Estado.

La pena de prisión podría impedirle ejercer la política en virtud de una ley que prohíbe a cualquier persona con una condena penal ocupar o aspirar a un cargo público. También podría perder la presidencia del partido que fundó, el Movimiento por la Justicia de Pakistán.

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Khan fue detenido el sábado en su domicilio de la ciudad oriental de Lahore y llevado a prisión.

Personalidades del gobierno celebraron el sábado la detención y condena de Khan, y el ministro de Asuntos Exteriores, Bilawal Bhutto-Zardari, señaló que se trata de un “castigo” para el líder de la oposición.

Los detractores afirman que los esfuerzos por ponerlo tras las rejas están motivados políticamente y se han intensificado antes de las elecciones que se celebrarán a finales de año.

Sostienen que la popularidad de Khan y su amplia base de apoyo, unidas a su capacidad para movilizar a multitudes, suponen una amenaza para la coalición gobernante y sus partidarios, los poderosos militares paquistaníes, árbitros definitivos de la política del país desde su independencia de Gran Bretaña en 1947.

Es la segunda vez este año que Khan es detenido, sumándose así a otros ex primeros ministros paquistaníes que habían sido arrestados y sufrido intervenciones militares a lo largo de la historia política del país.

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