Miriam Germán llama a Negro Veras «sepulturero de una amistad»

La ex procuradora general de la República ha calificado al destacado jurista de Santiago, Negro Veras como «un sepulturero de la amistad» al reaccionar ante las críticas formuladas ante la indiferencia para investigar casos puestos en el conocimiento de Miriam Germán Brito cuando ostentaba el cargo.

Lamentó la actitud de «una persona» a quien describió como «el sepulturero de una amistad», por expresar ante la prensa ciertos sentimientos solo cuando ella está a punto de retirarse.

La magistrada Miriam Germán Brito, al recibir un reconocimiento del Tribunal Constitucional en conmemoración del Día Internacional de las Juezas, reflexionó sobre los desafíos y sacrificios que implica la labor judicial, resaltando la importancia de la paz con la conciencia y la imparcialidad en el ejercicio de la justicia.

«En este oficio no se puede negar que se sufre», pero aseguró que la satisfacción de actuar con rectitud y equidad es el mayor legado que deja tras su paso por la judicatura.

«A mí me llegó el tiempo de que me vaya, y lo que me dolió de la persona que yo he bautizado como el sepulturero de una amistad es que lo que me quería decir lo dijo ahora, cuando ya me voy, cuando ya no tengo un valor de uso. Eso es una vileza. Pero ya, tengo la ayuda extraordinaria de la incapacidad para el rencor, y lo aprendí de mi abuelo», sostuvo.

No obstante, enfatizó que ha aprendido a no albergar rencor, un valor inculcado por su abuelo, a quien recordó como «un mulato extraordinario y culto», que desde niña le enseñó que el resentimiento es «un huésped ingrato que se come al que lo alberga».

La magistrada destacó que la imparcialidad ha sido el principio que ha guiado su carrera, asegurando que nunca actuó con favoritismos ni enemistades en su ejercicio como jueza. «Usted tiene que estar en paz con su conciencia, usted tiene que tratar a todos por igual, y esa es la única fortuna que me llevo», afirmó.

Se recuerda que Negro Veras dedicó una serie de críticas a la finalizada gestión de Miriam Germán Brito como procuradora general de la República. Señaló que «su llegada me generó confianza por los estrechos vínculos que desde siempre nos han unido y por la trayectoria de independencia que había mostrado. Sin embargo, la alegría se disipó pronto, cuando llegué al convencimiento pleno de que desde la Procuraduría se elaboraban expedientes cargados de tipificación criminal contra ciudadanos y ciudadanas honorables».

Declaró, entre otras críticas que «como hombre de derecho, no podía quedarme callado. No podía ignorar lo que parecía evidente. Por eso, hice saber a la procuradora mi parecer y las razones que me llevaban a esa convicción. Se lo dije de viva voz y también se lo escribí. Pero mis palabras, mis advertencias, se estrellaron contra el silencio».

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