Papa decreta cardenales y obispos paguen renta en el Vaticano
El Papa obliga a los cardenales y a los altos cargos del Vaticano a rascarse el bolsillo. En abril de 2021 les bajó el sueldo un 10% a causa de la crisis económica provocada por la pandemia y ahora les acaba de retirar el beneficio del alojamiento y tendrán que empezar a pagar el alquiler, al establecer que ningún dirigente de la Curia podrá tener un inmueble de la Santa Sede “a título gratuito o en condiciones particularmente favorables”, según una nueva disposición publicada por algunos medios de comunicación italianos como el periódico ‘Il Gazzetino’.
Según la nueva regulación -el llamado ‘Rescriptum’, que todavía no ha sido confirmado oficialmente por la oficina de prensa del Vaticano- se ha ordenado “la abolición de los alojamientos gratuitos y ventajosos para cardenales, jefes de Dicasterio, presidentes, secretarios, subsecretarios, ejecutivos, auditores y sus equivalentes, del Tribunal de la Rota Roma”, si bien en el texto no se menciona la posibilidad de que se lleven a cabo desahucios. En cambio, se ha establecido que los arrendamientos de las viviendas sean reprogramados, según lo estipulado, sin perjuicio de los contratos existentes.
«Para hacer frente a los crecientes compromisos que el cumplimiento del servicio a la Iglesia universal y a los necesitados requiere en un contexto económico como el actual, de particular gravedad, el Santo Padre me manifestó la necesidad de que todos hagan un sacrificio extraordinario para destinar mayores recursos a la misión de la Santa Sede, aumentando también los ingresos procedentes de la gestión de los bienes inmuebles», ha explicado el «ministro» de economía del Vaticano, el español Maximino Caballero Ledo.
Ese «sacrificio» es toda una revolución en la cultura vaticana que levantará muchas ampollas. El Papa ha derogado de un plumazo «todas las disposiciones, emanadas de quienquiera y en cualquier tiempo, que permitan o dispongan el disfrute gratuito o en condiciones de particular favor por parte de cardenales, jefes de dicasterio, presidentes, secretarios, subsecretarios, dirigentes y equiparados, incluidos auditores y equiparados, del Tribunal de la Rota Romana, de bienes inmuebles propiedad de las Instituciones y entidades curiales que se refieren a la Santa Sede». Tampoco se podrá conceder una «contribución para el pago del alojamiento» directas o indirectas motivadas por el cargo.
Un puñado de altos cargos de departamentos financieros del Vaticano son laicos que fueron fichados con sueldos equivalentes al que recibían en otras empresas, un estipendio que en algún caso alcanza los 25 mil euros mensuales más la vivienda. En estos casos, el Papa establece que el privilegio se mantenga «hasta su vencimiento natural», pero que la concesión de una vivienda «sólo podrá prorrogarse o renovarse de conformidad con las disposiciones anteriores».
También deberán pagar una cuota mensual quienes se alojen en las residencias que el Vaticano pone a disposición, como la «Domus Santa Marta», donde reside el Papa, o la «Domus Traspontina», junto a Via della Conciliazione. Consciente del peligro de una cultura del «amiguismo», el Papa Francisco ha establecido que sólo él mismo puede autorizar excepciones a esta norma.
Según informa el diario ‘Il Gazzetino’, el Papa tomó esta decisión después de reunirse el pasado 13 de febrero de 2023 con el español Maximino Caballero Ledo, actual prefecto de la Secretaría para la Economía. Cabellero Ledo expuso al Papa la “particular gravedad” de la situación económica de las cuentas de la Santa Sede. El Pontífice puso de manifiesto en ese momento la necesidad de que “todos hagan un sacrificio extraordinario para destinar mayores recursos a la misión de la Santa Sede, aumentando también los ingresos procedentes de la gestión de los bienes inmuebles”.
Según los últimos datos, la Curia vaticana cerró el año 2021 con un déficit de 10 millones de euros, a pesar de varias medidas para contener los gastos. Por ejemplo, se eliminaron los congresos y viajes, y se complicó el procedimiento para solicitar fondos, como estrategia de disuasión del gasto.
El Vaticano no ha explicado cuánto espera ingresar con esta medida, pero para hacerse cargo, el alquiler de las viviendas en los alrededores del Vaticano puede alcanzar los 1.800-2.000 euros al mes por un apartamento de 75 metros cuadrados.