Pedernales entre la fantasía de Cabo Rojo y el abandono de su pueblo
En Pedernales el gobierno destaca las sumas millonarias destinadas a la construcción de una terminal de cruceros y hasta un aeropuerto, pero su gente no cuenta con un servicio estable de energía eléctrica ni agua potable y los frutos se les pierden a los campesinos por el mal estado de los caminos.
Son una especie de dos Pedernales: El de las fantasías de Cabo Rojo, donde se levantan hoteles y una terminal aeroportuaria y el de los residentes en el centro de la ciudad y sus comunidades rurales en la zona montañosa.
Desde hace una semana en esa ciudad fronteriza no hay energía eléctrica y el abastecimiento de agua potable es cada vez más crítico.
La provincia recibe el servicio energético de dos generadoras de la empresa EGE-Haina que tienen problemas mecánicos.
La situación ha desencadenado protestas con el incendio de neumáticos para llamar la atención de las autoridades que se han concentrado en las inversiones del sector privado en Cabo Rojo.
Apagones sectorizados provocados por desperfectos mecánicos en dos de las generadoras eléctrica de la empresa EGE HAINA en este municipio han agravado la situación en medio de una sofocante ola de calor.
Según informes, los desperfectos mecánicos en las plantas de EGE HAINA podrían ser corregido este fin de semana, mientras la población se encuentra irritada debido a que no es costumbre tradicionalmente sufrir apagones, calor, y falta de agua potable.
Se ha criticado que el gobierno, concomitantemente con el apoyo que le está ofreciendo a empresarios privados para desarrollar proyectos turísticos por Cabo Rojo, no se ocupara también de resolver problemas ancestrales que limitan el desarrollo de la provincia de Pedernales.