Presidente reconoce que no tiene “varita mágica” para resolver
Por Williams Tell B.
Nuevamente se ha demostrado que “una cosa es con guitarra y otra con violín”.
El presidente Luis Abinader, que había anunciado en el trayecto de su campaña (26-8-2018) que tenía un diagnóstico y un plan de seguridad con la asesoría de Rudolph Giuliani y prometía que en dos años iban a disminuir la delincuencia en un 50 por ciento, hoy le dice al país que no tiene “una varita mágica” para resolver el problema.
Se refirió específicamente a la desconfianza en la Policía Nacional a raíz de las últimas muertes en destacamentos para señalar que “no tiene una varita mágica” para cambiar los problemas y debilidades de la institución y dijo que por primera vez un gobierno hace intentos de reformar ese organismo.
“Yo no puedo cambiar ese accionar de esos policías que solo duraron tres meses de entrenamiento”, agrega el jefe de Estado.
Reconoció que hay indignación colectiva por los últimos hechos, pero trabajan para devolver la confianza a la ciudadanía y atribuyó a las redes sociales, (la principal herramienta de su campaña para formular sus promesas), el hecho de que en la actualidad salgan más casos de abusos policiales a la luz pública.
“La diferencia es que ahora se investigan todos los casos, esos casos ahora sí lo investiga un verdadero Ministerio Público independiente”, añadió el jefe de Estado antes de expresar que “hay una diferencia palpable” entre la justicia de esta administración y la usada durante el pasado gobierno.
Citó estadísticas que reflejan un 40 por ciento menos de muertos en alegados intercambios de disparos con relación al 2017, pero admite que hoy se registra un incremento en la tasa de robos en el país.
En su referencia al tema policial, el presidente Abinader obvió su promesa de pagar un salario de 500 dólares a los agentes, lo que en su momento le aportó un caudal de simpatías en esa institución y en el país que ha señalado los bajos sueldos como uno de las principales causas de no tener una mejor institución del orden.