Rubiales se va este viernes de la Federación Española de Fútbol
Acorralado por la presión política, social y mediática, Luis Rubiales ha comunicado a su equipo que presentará este viernes su dimisión como presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF).
Su beso no consentido a Jennifer Hermoso y su comportamiento obsceno en el palco durante las celebraciones del Mundial femenino conquistado por la selección española en Australia y Nueva Zelanda han terminado por costarle el cargo.
La decisión se precipitó durante las últimas horas de esta tarde.
Reunido con su equipo de confianza e instado por varios de los presidentes de las territoriales, el dirigente granadino ha optado por el cese voluntario ante la posibilidad de ser inhabilitado por el Consejo Superior de Deportes.
La renuncia se formalizará en la asamblea de la federación, reunida en convocatoria extraordinaria este viernes.
Allí pretendía el todavía presidente federativo recabar los máximos apoyos posibles, hacer balance de su gestión en el fútbol femenino y sacar pecho por los logros cosechados en los últimos años.
La primera intención de Rubiales no era dimitir, pero la sucesión de críticas y la pérdida de apoyos en el mundo del fútbol desde lo acontecido en el estadio nacional de Australia le han abocado a dejar el cargo.
La petición de dimisión por parte de Yolanda Díaz, vicepresidenta en funciones del Gobierno y las declaraciones de varios ministros; las tres denuncias recibidas en el Consejo Superior de Deportes (CSD); la calificación de “inaceptable” que hizo Pedro Sánchez sobre su comportamiento en las celebraciones con las jugadoras en Sídney; y el comunicado que hizo Jennifer Hermoso a través del sindicato Futpro, en el que solicitaba medidas contundentes tras lo acontecido, han minado la resistencia del mandatario federativo
El expediente disciplinario abierto por la FIFA este jueves ha sido el último revés que ha acabado empujando a Rubiales a abandonar la presidencia del fútbol español que ocupa desde mayo de 2018.
O se iba o le echaban: ese era el mensaje lanzado por diferentes fuentes gubernamentales.
El CSD estaba decidido a elevar al Tribunal Administrativo del Deporte las citadas denuncias, convencido de que Rubiales había vulnerado con su comportamiento la Ley del Deporte en materia de violencia sexual.