Se agrava la crisis en Israel, Netanyahu sitiado por protestas

Durante meses, cientos de miles de israelíes han salido a las calles de todo el país para protestar contra los cambios de gran alcance en el sistema jurídico que, según algunos, amenazan los fundamentos democráticos del país.
Las tensiones aumentaron aún más este fin de semana cuando el primer ministro Benjamin Netanyahu despidió abruptamente al ministro de Defensa, Yoav Gallant, por su oposición a la reforma prevista, lo que desató protestas callejeras masivas y huelgas generalizadas.
El principal aeropuerto de Israel, Ben Gurión Tel Aviv, anunció este lunes la suspensión inmediata de todos los despegues, en el marco de una huelga que aumenta la presión sobre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
El mayor sindicato de Israel convocó este lunes a una huelga general «histórica» para «detener esta revolución judicial, esta locura», anunció el líder del sindicato Histadrut, Arnon Bar-David, en un discurso televisado.
«Detengan este proceso judicial antes de que sea demasiado tarde», dijo Bar-David, dirigiéndose directamente al primer ministro Benjamin Netanyahu.
Los trabajadores del puerto de Haifa, el mayor de Israel, también anunciaron estar en huelga, según declaró este lunes a CNN el portavoz del puerto, Zohar Arnon.
«Nuestros trabajadores han parado», dijo Arnon. «Siguen en el puerto a la espera de acontecimientos».
La reforma judicial consiste en un paquete de proyectos de ley que deben superar tres votaciones en la Knesset antes de convertirse en ley.
Uno de los elementos más importantes para el gobierno de Netanyahu es el proyecto de ley que cambia la composición del comité de nueve miembros que selecciona a los jueces, con el fin de dar al gobierno la mayoría de los escaños en el comité.
Netanyahu y sus partidarios sostienen que el Tribunal Supremo se ha convertido en un grupo cerrado y elitista que no representa al pueblo israelí. Sostienen que el Tribunal Supremo se ha extralimitado en sus funciones, entrometiéndose en asuntos sobre los que no debería pronunciarse.
En defensa de sus planes, el primer ministro ha señalado a países como Estados Unidos, donde los políticos controlan qué jueces federales son designados.
La reforma ha causado inquietud en los sectores financiero, empresarial, académico y de seguridad de Israel.
Los críticos afirman que la reforma va demasiado lejos y destruirá por completo la única vía disponible para proporcionar controles y equilibrios al poder legislativo israelí.
Advierten que perjudicará la independencia del poder judicial y lesionará derechos no consagrados en las leyes básicas cuasi constitucionales de Israel, como los derechos de las minorías y la libertad de expresión.