Se complica situación red de “tarjeteros”, estaban asociados a Los Trinitarios
En la solicitud de medida de coerción, el Ministerio Público revela que la red de ciberdelitos desmantelada por la operación Discovery también tienen afiliación en la peligrosa banda denominada “Los Trinitarios”.
Los Trinitarios es una organización criminal internacional integrada por dominicanos a la que se le atribuye la mayoría de los casos sangrientos registrados en España.
El órgano persecutor establece que entre los 38 implicados en la investigación, que les ocupa desde julio de 2020, hay afiliados a Los Trinitarios, “muchos de ellos han sido deportados de los Estados Unidos de América, otros tienen antecedentes penales en el país, así como su vinculación constante a individuos que se dedican a la venta de drogas en la ciudad de Santiago de los Caballeros”.
Según el expediente, los imputados crearon una organización criminal trasnacional dedicada a estafar desde la República Dominicana y hacia Estados Unidos, teniendo como centro de mando y operación la provincia de Santiago.
“El uso de la tecnología ha sido su principal herramienta, toda vez, que utilizan sistemas de redireccionamiento para llamadas simuladas para la comisión del ilícito”, reza el documento de 298 páginas.
La parte agraviada son ciudadanos de Estados Unidos, quienes, a través de la Embajada de Estados Unidos, solicitaron cooperación internacional para identificar y judicializar a los responsables de estafar decenas de víctimas y enriquecerse por más de 100 millones de dólares.
El grupo liderado por Sucre Rafael Rodríguez Ortiz (Darimán y/o Dari), utilizaba un sistema informático programado para ubicar los perfiles idóneos en las redes sociales, generalmente norteamericanos, mayores de 60 años, con buen nivel económico.
Una vez identificaban a las víctimas, las contactaban desde call centers e iniciaban el proceso de estafa mediante la usurpación de identidad, extorsión sexual, intimidación, se hacían pasar por agentes del FBI, también hacían de presuntos proveedores de medicamentos, entre otras artimañas para lograr el robo.
Al hacerse pasar por autoridades federales amenazaban a sus víctimas de ser enviadas a prisión si no realizaban un pago a una cuenta o dirección de la red que siempre estaba a nombre de un tercero, especifica el expediente.
“Infundían terror a personas decidiéndoles que podían secuestrarlos a ellos y su familia. Esto les garantizaban que las víctimas pudieran depositar altas sumas de dinero en dólares, logrando así el resultado del crimen”.
A la red se le imputa la comisión de crímenes y delitos de alta tecnología, asociación de malhechores, usurpación de funciones, enriquecimiento ilícito, lavado de activos y tráfico de drogas. Además, se le añade el cargo de uso de armas de fuego, porte y tenencia de armas de fuegos ilegales.
El Ministerio Público destaca que el entramado utilizaba armas de alto calibre, que solo eran permitidas para uso de policías y militares como es el caso de Uzi.