Se sigue perdiendo mucha electricidad puesta en redes RD

Los préstamos que se han tomado para evitar las pérdidas de la energía generada que se pone en línea en el país han caído en saco roto.

Son millones de dólares que se han invertido en proyectos encaminados a resolver esta situación.

Pero el más reciente informe de los organismos oficiales confirman que oas pérdidas totales acumuladas de energía hasta septiembre de 2022 de las empresas distribuidoras de electricidad (EDE) alcanzaron 41.6  por ciento.

Para graficar a la población, eso significa que  por cada 100 pesos de energía comprada, las EDE perdieron el equivalente a 42 pesos, según los datos del último informe de desempeño elaborado por el Ministerio de Energía y Minas.

El Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (Crees) analiza la situación y reseña que el 41.6 % de pérdidas se divide en energía comprada pero no facturada, que representó 31.9 %; y energía facturada pero no cobrada, la cual equivale al 9.7 % del total comprado.

En el análisis, publicado en su página web, el Crees señala que las pérdidas de energía de las distribuidoras son pagadas por la población con sus impuestos.

“Para este año 2022, inicialmente fue presupuestado un subsidio eléctrico de US$967.6 millones. Sin embargo, debido al incremento de los precios internacionales de los combustibles empleados para la generación de energía, se presupuestó un aumento de este subsidio de US$610.9 millones en el presupuesto complementario 2022. Esto significa un subsidio a las EDE de US$1,578.5 millones en 2022; un monto que representa el 39.2% del déficit fiscal de dicho presupuesto”, indica la entidad.

Considera que mantener la distribución de electricidad dentro del ámbito político impide que se creen los incentivos para que las EDE consigan operar sin subsidios. “Con cambios en la administración y la propiedad de las distribuidoras, y la reducción de los subsidios hasta su completa eliminación, se podría contar con un sector eléctrico que no dependa de las finanzas públicas para su operación”, comenta la CREES.

Sin embargo, esa entidad olvida que las empresas distribuidoras ya fueron administradas por el sector privado, terminando en un gran fracaso que todavía no se ha documentado, dejando un tremendo hoyo en las finanzas públicas.

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