Un niño de 3 años pudo haber presenciado muerte Jesús Cuevas
Asesino vivía con el menor en apartamento
El amigo que descuartizó el cuerpo del joven Jesús Cuevas Peña, tenía guardado su cadáver en una vivienda del sector San José en kilómetro 7 de la carretera Sánchez, en la que residía con un hijo de apenas tres años.
Francisco Javier García Quezada, mejor conocido con Anthony, ha confesado el espeluznante hecho, tras encontrar las autoridades los restos de Cuevas en un tanque plástico utilizado para almacenar agua, tapado con una funda negra. Antony, de 32 años, utilizó herramientas de carpintería como seguetas, cuchillos y martillos para descuartizar el cuerpo de la victima.
La policía dijo que en la búsqueda del joven, desaparecido desde el seis de octubre, se levantaron videos de cámaras de seguridad en distintos puntos de la ciudad.
Sin embargo, la “intensa búsqueda” de la policía no dio resultados, como ha ocurrido con otros casos de desaparecidos y el joven Jesús Cueva fue encontrado muerto en un populoso sector de Los Kilómetros en la capital.
“Es por esto que se solicita ante un juez una orden de arresto y allanamiento y allí (en una vivienda ubicada en el kilómetro 7 de la autopista Sánchez) se hacen los hallazgos que se encuentran en este momento en proceso de análisis”, explicó el vocero de la Policía Nacional, coronel Diego Pesquira, durante un encuentro con periodistas.
Asimismo, indicó que, por casi cuatro semanas, el Departamento de Búsqueda de Personas Desaparecidas de la Policía, en coordinación con el personal de la Dirección Central De Investigaciones Criminales (Dicrim), utilizó todas las herramientas tecnológicas con las que cuenta la institución.
Ayer, Francisco Javier García Quezada (Antony) fue detenido en su vivienda por las autoridades, a quienes confesó el crimen y mostró dónde estaba el cadáver.
El confeso matador de Cuevas convivió durante semanas junto a su hijo de tres años de edad en la residencia que guardaba el cadáver descuartizado, dentro de un tanque plástico tapado con funda negra.
Mientras los restos del joven reportado desaparecido el 6 de octubre se descomponía y el mal olor inquietaba a los vecinos, el hombre de 32 años hacía su vida de manera normal en su apartamento del tercer piso, donde residía junto al niño, desde que quedó a su cuidado cuando se separó de su esposa hace más de un año.