Una sanción leve y un baldón para imagen presidente Abinader

El daño institucional, la violación de los derechos humanos y el daño reputacional al gobierno y específicamente al presidente Luis Abinader no se reparan con una sanción de 30 días a los policías que en San José de Ocoa arrestaron de manera grosera al doctor Wazar Gómez por protestar pacíficamente con una pancarta pidiendo explicar el aumento de las muertes por cáncer y las enfermedades mentales en esa provincia.

Esa arbitrariedad quizás sea una simpleza para una institución acostumbrada a violar los derechos ciudadanos, una materia que parece todavía no se ha comenzado a impartir en el proceso de reforma policial en la que se ha embarcado la actual gestión, sin todavía cosechar los éxitos esperados en la lucha contra esa cultura y la delincuencia.

Sacar a relucir uno de los “certificados médicos” acostumbrados por la policía, para tratar de negar los golpes y maltratos a los que son sometidos ciudadanos en medio de su detención y viendo las imágenes cuando el médico es lanzado en la parte trasera de una camioneta, es un intento por tapar el sol con un dedo.

La credibilidad de las autoridades policiales se deteriora aún más, cuando el doctor Wazar Gómez denuncia que los policías que practicaron su arresto, ya en el cuartel instigaron a los demás detenidos a que le propinaran una golpiza.

Pero hay golpes como la humillación de un ciudadano detenido injustamente, que no los recoge un certificado médico y menos en una investigación realizada por la Policía que se convierte en juez y parte.

Los 30 días sin disfrute de sueldo para ocho agentes de la policía, incluyendo a un teniente coronel, sobre quienes ha recaído la responsabilidad del abuso que ameritó una orden directa del presidente de la República para tratar de reparar el daño ya hecho, no son suficientes para borrar la mancha esparcida en la imagen de un gobierno que se precia de democrático.

Esa fue una investigación precipitada que debió realizar el Ministerio Público, ausente en el arresto del doctor Wazar Gómez, así como en otros procesos que culminan con violaciones graves a los derechos fundamentales de los ciudadanos.

Hay que determinar quién ordenó a los presos golpear al doctor Wazar Gómez en el cuartel de Ocoa y la voz que se escuchó en una llamada telefónica dando la orden de dejarlo detenido por más tiempo por la “afrenta” de protestar el mismo día en el que el presidente Abinader encabezaba una caravana proselitista por esa ciudad sureña.

Se ha minimizado un hecho grave con una sanción simple, lo que envía una muy mala señal que no garantiza que hechos similares vuelvan a repetirse, pero sobre todo, se ha colocado una mancha sobre la imagen del gobierno del presidente Abinader, un baldón que no se eliminará en 30 días, sino que arrastrará en la historia de su gestión cuando se pase balance al respeto de los derechos ciudadanos.

Botón volver arriba