Cosas difíciles, pero posibles en este 2025
Por Guillermo Tejeda
(Director Resumen Final Digital)
En este 2025 que comienza el país enfrenta nuevos y viejos desafíos que exigen un mayor compromiso del gobierno, pero también esfuerzos de la población en general para alcanzar las metas de desarrollo que se han quedado rezagadas cuando se habla de reducir la pobreza, la marginalidad y otros males que las cifras del crecimiento económico no han podido sepultar.
Este nuevo año demanda acciones concretas de nuestras autoridades y menos construcción de relatos de una prosperidad que se queda en los bolsillos de unos pocos privilegiados que siempre han merodeado por los predios del poder.
El presidente Luis Abinader tiene el reto de buscar las fuentes para cubrir los déficits que motivaron su fracasada Reforma Fiscal, derrotada por sus principales aliados del empresariado que no querían y se resisten a reducir sus elevadas ganancias en aras de una mejor distribución de las riquezas que beneficie a las capas más vulnerables de la población.
La situación se torna ahora más grave, por el peso de una deuda externa, producto de una alocada carrera de endeudamiento, como si los préstamos no se pagaran, una práctica que se ha enfatizado en una gestión cuyos dirigentes desde la oposición criticaron lo que ahora hacen y con más desenfado.
Es insensato el superbienestar de esa minoría a expensas de las penurias de los que son más.
Hay que tratar de que en este 2025, el crecimiento económico se refleje en una población que hasta el momento solo ha visto las cifras que se ofrecen mensualmente desde el piso 11 del Banco Central, desde donde no se observan las calamidades de los sectores periféricos cuyos habitantes tienen que hacer malabares a diario para llevar la comida de la familia a la mesa.
Hay que fomentar fuentes de empleos bien remunerados, para absorver la mano de obra de miles de jóvenes que no ven una luz en el horizonte tras alcanzar un título universitario y optan por marcharse del país, sin importar muchas veces los peligros de tomar una yola para alcanzar el «sueño americano».
Es preocupante la fuga de cerebros en la República Dominicana ante la falta de oportunidades, lo que obliga a quedarse en el exterior a los becados por el gobierno, conscientes de que no conseguirán un trabajo de calidad si regresan al país.
Hay que promover la inversión y para ello hace falta la confianza que ofrece la estabilidad. Muchos proyectos se han detenido por aumentos descontrolados en los precios de los insumos, esto especialmente en la industria de la construcción que es una de las principales generadoras de empleos en el país.
El país no puede continuar a merced de grupos económicos que poco le importan las necesidades de la población y que adquieren cada vez más poder en un gobierno que para una parte importante de los dominicanos es controlado por empresarios.
Otro reto no menos importante que hay que afrontar, es el de la seguridad ciudadana, que sigue siendo el talón de Aquiles de la presente administración, que promueve una Reforma Policial que no ha cumplido su cometido minimamente a pesar de tener casi cinco años su ejecución, que no ha ido más allá de los negocios generados con el equipamiento de la Policía Nacional, que se ha concentrado en la compra de vehículos y no en la logística y el entrenamiento que se precisa para combatir la delincuencia.
Acontecimientos ocurridos durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo sirvieron para evidenciar que las actuaciones de la Policía siguen siendo las mismas de siempre, violatorias de derechos ciudadanos, lo que erosionan su pobre reputación y su cultura de corrupción.
Pero también hace falta en el país, menos lamentos y más responsabilidad.
También menos pronunciamientos demagógicos desde el Gobierno, que llenan de falsas expectativas a la población, un comportamiento del que no surgirán sino huracanes de frustraciones.
Este 2025 aconseja dejar atrás la improvisación, que no es otra cosa que la antesala del fracaso y la prueba inequívoca de una falta de liderazgo en las esferas oficiales.
Este nuevo año viene cargado de cosas difíciles, pero posibles…