El gasto militar del gobierno y la Reforma Fiscal

Por Guillermo Tejeda 

(Director Resumen Final de Noticias)

En momentos en que el gobierno recaba consenso para aplicar una Reforma Fiscal, se acaba de publicar un informe que revela alarmante gasto militar en que han incurrido las actuales autoridades, en un país que no tiene amenaza de guerra, pero sí grandes desafíos para enfrentar la pobreza y otros males ancestrales que exigen atención urgente para mejorar las condiciones de vida de millones de dominicanos.

El Instituto de Investigación para la Paz, de Estocolmo, ha desglosado el aumento significativo de ese gasto en defensa de la República Dominicana, desde el 1991 a la fecha.

Con grandes proyectos de infraestructura paralizados por la “falta de recursos”, destaca el reporte que desde el 2000, el gasto militar ascendió a unos 246.8 millones de dólares y para  el 2023 se había disparado a 893.2 millones de dólares.

Y agrega el Instituto que en el contexto e América Latina, donde las guerras se sustituyen por crisis político-territoriales, dictaduras y crisis migratorias, “la República Dominicana es uno de los países que más ha ido aumentano la inversión militar”, significando que los 883.2 millones e dólares que el país destinó el año pasado, es la cifra más alta de su historia en ese renglón, de 1991 a la fecha.

Lo importante y que no destaca esta investigación, es la opacidad que han rodeado estas multimillonarias compras de equipos militares para las Fuerzas Armadas Dominicanas, que se cobijan en el argumento de la “seguridad del Estado”, cuando hay precedentes de comisiones y sobornos en estas operaciones.

Aumentar el gasto militar en un país pobre como el nuestro, en casi mil millones de dólares, llora ante la presencia de un Dios de paz.

Se han dotado a los institutos castrenses de equipos bélicos que tradicionalmente han quedado en desuso porque solo se utilizan en los desfiles militares en fechas patrias, en detrimento de herramientas para modernizar y dinamizar al sector agropecuario, la construcción de acueductos para saciar la sed de numerosas comunidades y de carreteras y caminos vecinales , así como de hospitales en lugares donde sus pobladores tienen que recorrer grandes distancias para recibir atención médica.

En su comparecencia en La Semanal de este lunes 3 de junio, el presidente Abinader se jactaba de que las Fuerzas Armadas de hoy son muy diferentes en todos los órdenes, muy diferentes a las Fuerzas Armadas que encontró hace cuatro años.

Pero a que precio, Señor Presidente…

Y no es que estemos en contra de suplir las necesidades de los organismos militares, pero antes y en estos momentos hay otras prioridades para la inversión de los recursos que recibe el Estado, que hoy proclama la necesidad de más dinero para afrontar una deuda social cuyo cumplimiendo se ha ido aplazando para dar paso a gastos tan exhorbitantes como los más de 800 millones de dólares que le ha cuantificado al Gobierno del presidente Abinader el Instituto de Investigación para la Paz.

Las amenazas que afronta el país no demandan todo ese gasto en equipos bélicos. Son otros los peligros.

Los dominicanos necesitan mejorar en educación, los servicios de salud, la infraestructura vial, enfrentar la delincuencia, costo de la vida, desempleo, inseguridad y la pobreza.

Lamentablemente, los presidentes del país siempre se apartan de las promesas que hacen al electorado y ponen en ejecución otra agenda con las prioridades ocultas que necesariamente no benefician a la gente, sino a un sector que se aprovecha de coyunturas para vaciar las arcas del Estado. En este caso el tema haitiano ha sido el argumento para privilegiar las compras militares por encima de la principal meta de todo gobierno que debe ser mejorar la calidad de vida de su gente.

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