Abinader y sus “diálogos de alto nivel” con Estados Unidos
Por Guillermo Tejeda.
(Director Resumen Final Digital)
El gobierno del Presidente Luis Abinader luce presionado por compromisos contraídos con sectores que van más allá de nuestras fronteras.
Hay acontecimientos que pasan desapercibidos en un país que está inmerso en trivialidades. Una sociedad de TikTok, donde el entretenimiento por las redes supera la preocupación por los problemas nacionales.
A nadie parecen importarles las injerencias de cualquier diplomático extranjero en nuestros asuntos internos, pero tampoco les llama la atención que un Presidente de la República aproveche una recepción de la embajada norteamericana para dar seguridades de tareas que están en la cancha de otro Poder del Estado.
Estamos viendo a un gobierno que luce subordinado ante esos intereses, a quienes le está dando excesivas concesiones, sacrificando otras relaciones tan importantes como las de nuestro principal socio comercial que en medio de la pandemia no ejerció la solidaridad brindada por otros amigos de la República Dominicana.
Ya lo que sabemos leer entre líneas sabíamos por dónde venían las cosas escuchando al hoy canciller y luego presidente Luis Abinader hablar en los almuerzos de la Cámara Americana de Comercio.
Discriminó inversiones para China porque de antemano había un compromiso con Estados Unidos, comenzando con el estratégico puerto de Manzanillo.
El 28 de abril del 2021 se emitió una declaración conjunta sobre el Diálogo de Alto Nivel Sobre Reformas Institucionales, en la que el gobierno del presidente Abinader se comprometía a una serie de cosas a cambio recursos (unos 6.6 millones de dólares) para la reforma de la Policía Nacional, sacando a relucir la Embajada que desde el 2013 habían proporcionado más de 54 millones de dólares para asistencia en seguridad ciudadana y la promoción de la justicia social.
El presidente Abinader se comprometió a dar prioridad a la reforma del sistema de compras y contrataciones y con la legislación de extinción de dominio.
Esta legislación según lo pactado, debería entrar en vigencia a partir del 2022, de lo que se desprende la premura por su aprobación a pesar de que contiene elementos que chocan con otras leyes y que podría ser atacadas ante el Tribunal Constitucional. Ya se nos olvidó donde ha ido a parar la Ley de Partidos Políticos por aprobarse a la carrera.
Pero hay más, para quienes no le dan seguimiento a nada. El 7 de octubre del 2021, los Gobiernos dominicano y estadounidense, encabezados por el presidente Luis Abinader y la administradora de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), Samantha Power realizaron el segundo diálogo bilateral de alto nivel.
Como se observará, hay muy fuertes compromisos con reformas apresuradas que se ajustan a las exigencias de quienes están condicionando una serie de colaboraciones a que el andamiaje legal de la República Dominicana esté cónsono con esos intereses foráneos
A nadie le ha llamado la atención que expertos estadounidenses asesoren esta legislación, que incluye recomendaciones alineadas “con las mejores prácticas internacionales en 11 áreas claves”.
Esos “asesores” suministrados por la embajada norteamericana, son los que han asumido el control de la redacción de una serie de proyectos de leyes, convirtiendo nuestro Congreso Nacional en un sello gomígrafo por la falta de un liderazgo que pueda hacer valer la separación de los poderes.
Guacanagarix debería estar erigiéndose desde su desconocida tumba en un revolucionario en armas, observando la genuflexión de quienes deberían estar defendiendo nuestra soberanía, ante el descaro de injerencias tan abiertas de los que nos consideran todavía una colonia en el Caribe.